Con el regreso al escenario exterior, la cocción de la Gran Paella de la Amistad –en el marco de la 38º Fiesta Nacional de la Diversidad Cultural en Villa Gesell- fue todo un espectáculo. Primero para ver, y luego para deleitar.
El año pasado, tanto la preparación como el almuerzo posterior tuvo lugar en el interior del predio del exshopping Alas, en el centro geselino, pero en esta oportunidad la organización del evento decidió volver a trasladarlo a la sede del Polideportivo municipal y cocinar la paella al aire libre.
Desde las gradas, una gran cantidad de gente pudo ver al equipo encabezado por el paellero Cristóbal Cortés llevar adelante la tarea de cocinar cerca de una tonelada de comida, durante alrededor de dos horas.
Así se pudo ver la llegada del paquete de arroz gigante, la inmensa lata de puré de tomate, más todos los ingredientes que se iban depositando en la paellera, alimentada por más de 20 garrafas. Se utilizaron más de 300 litros de caldo, 36 litros de aceite, casi 300 kilos de pollo y 135 kilos de arroz.
La cocción de la gran paella en Villa Gesell incluyó media restra de ajo y unos 50 kilos de morrones, así como una gran cantidad de latas de arvejas y de puré de tomate. Los kilos de mariscos utilizados fueron más de 200, a los que se sumaron además mejillones y langostinos frescos.
El resultado fue una sabrosa paella gigante que enseguida de terminado el proceso de cocina se pudo comer en el lugar, aunque muchos optaron por comprar las porciones para llevar.
En el interior del Polideportivo se pudo ver al intendente Gustavo Barrera, al secretario de Turismo Emiliano Felice, acompañados por otros funcionarios y concejales, bien satisfechos con la labor realizada y el éxito de la 38º Fiesta de la Diversidad Cultural, que aún tiene más por ofrecer.