Con 320 kilos de mariscos, se realizó en Villa Gesell la Gran Paella de la Amistad para 1000 personas
Como es tradición de cada Fiesta de la Diversidad Cultural que se realiza en octubre en Villa Gesell, este domingo al mediodía se llevó a cabo la Gran Paella de la Amistad para mil personas. Realizada en un recipiente de 6 metros de diámetro y con 320 kilos de mariscos, la comida originaria de Valencia es coordinada por el Maestro Paellero, Cristobal Cortés, nieto del primer cocinero que trajo hace 41 años esta gran show gastronómico a las celebraciones geselinas.
El equipo está compuesto por 12 cocineros que desde muy temprano en la mañana prepararon todos los ingredientes en la sede del polideportivo municipal de Villa Gesell. La puesta en escena es importante y se parece mucho al backstage de una película con grúas y camiones. Incluso el staff está identificado con buzos, remeras y gorras.
La paellera tiene seis metros de diámetros y permanece durante todo el año en Balcarce, donde vive la familia Cortés desde que el primer inmigrante llegó de Valencia. Luego, cada fin de semana de la Diversidad Cultural viaja a Villa Gesell para ser la protagonista de la Gran Paella de la Amistad.
Sin embargo, su traslado es una complicación. Con el tamaño que tiene no puede transportarse por la ruta de forma directa, ocuparía los dos carriles de la ruta. “Entonces, viene en dos mitades, al estilo de un Transformers, las paredes del acoplado son la paellera y ponemos adentro todos los ingredientes”, explicó el Maestro Paellero a Telégrafo en una entrevista exclusiva que brindó antes de cocinar.
La paella gigante de Villa Gesell: un espectáculo gastronómico sin igual (Fotos Ricardo Stinco).
¿Qué lleva la Gran Paella de la Amistad?
Entre los ingredientes que Cristobal Cortés y sus ayudantes deben incorporar para realizar la Gran Paella de la Amistad se encuentran:
30 litro de aceite de girasol y oliva,
14 cabezas de ajo,
24 kilos de morrones,
115 kilos de arroz,
320 kilos de mariscos (eso incluye calamares, rabas, mejillones y langostinos),
270 kilos de pollo,
50 latas de arvejas,
50 latas de puré de tomate,
13 kilos de chauchas,
330 litros de caldo (compuesto por azafrán, caldo de de gallina y de verdura).
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Imposible de replicar en casa. Explica Cortés que una de las partes más peligrosas es tirar el caldo hirviendo. “Por eso, tenemos una bomba que lo hace en forma de fuente ornamental”, contó.
“El pescado sale del mar y llega a la paellera sin cortarse un segundo la cadena de frío”, indicó por otra parte el coordinador del gran show gastronómico. Puede verse al costado del recipiente el camión de la pescadería donde se almacenan los mariscos.
El úblico siempre sigue de cerca la cocción de este manjar (Fotos Ricardo Stinco).
La clave está en “no tocar el arroz”
Al contrario del risotto italiano donde el arroz se debe revolver, “la abuela María decía que en la paella no hay que tocar el arroz”.
Pero hacer una comida para la familia no es lo mismo que tener mil comensales, los brazos de los cocineros no llegan para dejar el arroz en el medio, donde debe colocarse. Es entonces una grúa la que tira desde lo alto el ingrediente.
Un chapista reconocido de Balcarce creó una lata gigante y con un sistema parecido al de la sembradora de grano directo el arroz va girando a través de un motor y lo desparrama en forma de un abanico. “Así el arroz se queda quieto en el centro de la paellera y nosotros terminamos de arrojar en los bordes que es donde sí nos dan nuestros brazos”, señaló el Maestro Paellero. De esa forma no se desprende el almidón y “queda como debe ser: sabrosa y sin caldo”.
“Alcanzame la paella que voy a hacer unos huevos”
La frase que Cristobal Cortés escuchó decenas de veces de la boca de su abuela decirle a su marido deja evidencia de un dato que no muchos conocen.
“Alcanzame la paella que voy a hacer unos huevos”, le pedía María al abuelo valenciano. Y es que la paella es el nombre del recipiente donde se hace la comida, no la preparación en sí misma. Aunque luego la palabra fuera aplicada al plato.
Un imperdible de la Fiesta de la Diversidad Cultural de Villa Gesell (Fotos Ricardo Stinco).
La historia de la Gran Paella de la Amistad
La familia Cortés es oriunda de Balcarce. Desde pequeño, Cristobal supo esperar el tren que una vez al año llegaba con mariscos a la estación ferroviaria de Bosch para que la abuela valenciana María hiciera la paella. El resto del año la comida se cocinaba sin los ingredientes marinos.
Fue en la primera edición de la Fiesta de la Diversidad de Villa Gesell, hace 41 años, cuando Chiche, el sonidista del evento, proveniente de Balcarce también, comentó a los organizadores que en el año 1981 se había hecho por primera vez una paella gigante en su ciudad para dos mil personas con un recipiente traído en barco directo desde Valencia. Se cumplían en ese momento los 100 años de la Sociedad Española de Balcarce y al papá de Cristobal se le ocurrió ese homenaje a los pioneros.
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