Fernando Salem es uno de los creadores de la popular serie educativa animada ‘La asombrosa excursión de Zamba’, uno de los personajes más famosos del canal ‘Pakapaka’, producción emitida por primera vez a fines del 2011 y convertida con el correr de los años en un enorme éxito de divulgación histórica.
En diálogo con radio La Voz de Mar Chiquita, Salem contó detalles de cómo fue el proceso creativo de la serie infantil que trascendió las fronteras de Argentina y cautivó a toda Latinoamérica.
Un personaje instalado en el inconsciente colectivo argentino
Al respecto del inicio de la producción y de la impresionante repercusión que ha tenido la serie, Fernando no tiene más que palabras de agradecimiento y felicidad.
“A mí me tocó dirigirla, pero hubo todo un proceso de pensar la serie desde la nada, desde una productora como era en ese momento ‘El Perro en la Luna’, que no tenía antecedentes en la animación. Y se trató de pensar una serie con un personaje sin superpoderes y que fuera un niño inspirado en tantos chicos y chicas de la Argentina. En un principio a mí me parecía un poco difícil de hacer como dibujito lo que fue la revolución de mayo. La verdad es que, ahora con el diario del lunes, está buenísimo ver la repercusión, trascendencia, vigencia y la recepción que eso tuvo no solo en los chicos y las chicas, sino también en docentes y familias. Entonces es un placer, porque es una serie que la hicimos con muchísimo amor y con mucha dedicación”, reconoció el productor en primer lugar.
¿Cuál fue el germen, cuál resultó ser esa primera sensación para crear a Zamba?
Estaba trabajando en la productora, empezando a dirigir después de haberme recibido como director de cine y Sebastián Mignona, el director general de la serie, me sugirió hacer un dibujo animado. Yo venía con un poquito de experiencia, pero la verdad es que la productora no tenía historial en eso y era como bastante inconsciente mandarse a hacer cuatro capítulos sobre la revolución de mayo para contársela a los chicos con ese formato que no manejábamos al principio. La verdad es que fue muy valiente Sebastián en empujarme un poco a tratar de resolver este problema.
La referencia a Pokémon y la comparación con los próceres
Después de esa decisión de iniciar la producción, Fernando cuenta que empezó el camino “lleno de preocupación”.
“Me acuerdo de pensar cómo podía hacer para que Saavedra, Paso, Moreno y Belgrano fuesen más interesantes. En ese momento pensaba cómo los chicos se acordaban de las generaciones de Pokémon en japonés y me preguntaba por qué se acordarían de esto, algo que en principio no parecía tan atractivo. Pensamos cómo podíamos hacer para que se sientan identificados”, describió a continuación Salem.
“Yo venía de trabajar en la productora para Pakapaka recorriendo el país y conociendo muchas escuelas rurales y escuelas de la Argentina más profunda y había como un compromiso de no fallarle a esos pibes que conocimos. Ahí definimos que teníamos que hacer un personaje que sea como ellos y que les hable de igual a igual, que no sea que les esté dando lección de nada, sino que sea un personaje que siempre busque divertirse, pasarla bien, tener aventuras y que al mismo tiempo les hable a los próceres y que los baje del pedestal, que los presente como personas que tuvieron en un momento histórico una lucha y tuvieron el valor y la valentía de llevar esa lucha hasta lo máximo”, relata el director.
“Me parece que eso fue lo inspirador”
Fernando no duda en afirmar que una de las claves del éxito del canal Pakapaka es haberlo creado para el Ministerio de Educación de la Nación: “Si hubiese sido para una señal privada sería algo impensable”, remarca en ese sentido.
“Pudimos hacer algo que les muestre a los chicos que la historia es un proceso y que lo más interesante, o por lo menos lo que nos planteamos siempre, fue tratar de que ellos estén en esa línea de tiempo, que sean sujetos activos de esa línea de tiempo y que sepan que ellos están haciendo historia también todos los días, cuando van al colegio, cuando están con sus amigos, hablarles como ciudadanos, no como consumidores”, destacó.
El trabajo histórico más allá del dibujo
Además del formato desarrollado para cautivar a la audiencia infantil, a partir de los colores, dibujos, sonidos y voces; también existió en ‘La asombrosa excursión de Zamba’ un trabajo muy estrecho con lo histórico y con cada uno de los puntos registrados en el pasado para ser fieles a lo acontecido.
Es en ese punto en el que Fernando cita la gran labor llevada adelante por Gabriel Di Meglio, historiador argentino del Conicet.
Sobre Gabriel Di Meglio, protagonista clave
“Es un tipo que admiro mucho, él me contó que empezó a estudiar historia a partir de unos cómics, que yo también leía, entre ellos por ejemplo Astérix. Mientras que él se dedicó a la historia inspirado en eso, yo me dediqué un poco al cine inspirado en eso. Entonces sabíamos que le estábamos hablando a una determinada generación. Y es interesante porque yo pasé por la escuela y no absorbí demasiado de historia, sabía las efemérides, pero no sabía para qué por ejemplo San Martín había cruzado la cordillera, no sabía si era una cuestión deportiva, una hazaña, o el marco histórico preciso. Gabriel me desandó muchísimo y me encontré un poco como Zamba, preguntando si alguno era bueno o malo. Él me contaba que no tenía que ver con ser buenos o malos, sino con cuáles eran las verdaderas razones o los móviles de los personajes”, describió Fernando.
“A partir de ahí aprendí mucho y también investigué mucho, tuve acceso a material como por ejemplo las cartas entre San Martín y Pueyrredon y de qué forma San Martín le pedía más armamentos y más cosas para cruzar a tiempo la cordillera y cómo Pueyrredon le contaba como estaba jugándose su futuro político, pero que como creía en la revolución lo tenía que ayudar. Todas esos detalles me parecen muy conmovedores, poder ver de puño y letra que estas personas realmente se jugaron la vida y que pusieron todo para que hoy podamos vivir en dependencia y libertad”, resalta Salem.
Qué importante resultó que alguien haya pensado en que eso había que contárselo a las infancias
Todo el equipo fue muy consciente de sentir que estábamos pasando un legado. Yo me imaginaba siempre a Belgrano, la mirada de Belgrano, preguntándome si yo estaba traicionando de alguna forma la historia, y si estaba contando bien la historia que ellos habían hecho, como para pasarle esta historia a la próxima generación. Luego quedó esperar que esa generación más tarde haga historia, pero mientras tanto era necesario inspirarlos en términos de soberanía, en términos de independencia y recordar a tantos soldados y tantas mujeres que dejaron su vida y murieron y no pudieron disfrutar de este futuro, en democracia y y en libertad de un imperio que nos colonizaba. Fuimos muy conscientes de que teníamos que hacer justicia en esos términos, de ser leales a las vidas de estas personas.
Ante la repercusión que empezó a tener el dibujo, ¿qué les pasó a ustedes como equipo de trabajo?
Fue una sorpresa. Siempre uno trabaja para que la comunicación sea efectiva, para que se entienda y para que guste, pero todavía es conmovedor al día de hoy que venga alguien y me pida un dibujo de Zamba, hacerlo y ver que se le iluminan los ojos, que realmente se quedan mirándolo de forma honesta. Porque yo en ese momento le preguntaba a mi sobrina o a mi sobrino si preferían Zamba o Toy Story, y me decían Toy Story. Los chicos no te iban a mentir por más que vos seas el que haya hecho el dibujo. Entonces me conmueve, ese me parece un público genuino, auténtico y también en un punto cruel, ya que si no les gusta, los chichos no lo van a ver.
Resaltan la importancia de ‘Zamba’ como divulgador de la historia argentina
La clave de la horizontalidad con los niños y niñas
Para Fernando el éxito de Zamba se sostiene en un respaldo fundamental: la forma de comunicarse con los más chicos y el conocimiento de la Argentina.
“Me gusta pensar que tiene que ver con la horizontalidad en la forma de hablar: si vos le hablás a un chico como si fuese un tonto y lo subestimás; y bueno, puede pensar que hay un tonto que es peligrosísimo, o puede pensar que vos sos un tanto. Zamba en ese sentido les habla de igual a igual y además el personaje siempre está aprendiendo, nunca está enseñando. No se da vuelta y les dice ‘vieron chicos ahora aprendimos tal cosa’. El personaje no iba a traicionar nunca el pacto con el espectador, eso se pensó mucho”, reconoce el director.
“La verdad es que si no hubiese viajado por la Argentina y conocido tantos chicos y chicas de tantos lugares diferentes, gracias a Paka Paka, no hubiésemos pensado el mismo producto cultural. Digamos que nos terminó atravesando, un personaje tan popular que a mí me da un poco de vértigo”, agregó a continuación.
Zamba más allá de Argentina
Las aventuras de Zamba retratan la vida de los próceres argentinos y también hacen foco en sucesos y personajes fundamentales de la vida sudamericana.
“En principio la serie ganó muchos premios y tuvo mucho reconocimiento afuera, no solo en Latinoamérica, también logró premios Emmy, estuvo nominada y después fue muy bien recibida en diversos lugares. Creo que hubo muchas intenciones de tratar de emular algún tipo de serie que transmita contenidos históricos, no sé si se ha logrado, creo que en la Argentina es un caso de estudio. Me llegan también muchas tesis de graduación de estudiantes de ciencias de la comunicación que han tenido de objeto de estudio esta serie. Me alegra que lo hayamos tomado tan en serio”, resalta Salem.
Sobre el momento indicado para crear a Zamba
Sobre el final de la nota, consultado sobre la génesis de la producción en comparación con el contexto actual político de la Argentina, Salem trazó un interesante balance.
“En aquel momento realmente nos sentíamos que estábamos en el momento justo y en el lugar indicado, con un Estado que quería hablarle a los chicos como sujetos de derecho. Eso cuando te dedicás a la audiovisual es muy difícil, porque cuando tenés que hacer algo muchas veces tiene un fin comercial y no tenés que perder de vista eso, pero acá realmente lo más importante era el contenido y no sé si eso se da con televisiones públicas a lo largo de Latinoamérica. Me parece que eso es una excepción que ha sucedido en Argentina y estoy contento de que Zamba haya sido como el emergente de este tipo de políticas”, reconoció Fernando en ese sentido.
Un presente diferente
Respecto al actual debate sobre el rol del Estado en muchos aspectos educativos fundamentales, Fernando Salem admite su descontento pero a la vez ofrece un análisis de largo plazo.
“A nivel personal lógicamente me entristece, pero por otro lado es lo que votó la mayoría, y no es una sorpresa en términos de lo que se había anunciado para las políticas públicas y cuál era la concepción del Estado. Además si hay algo de lo que aprendí es que la Argentina es pendular y algo que aprendí con Zamba es que los procesos históricos son acciones y reacciones. Entonces de alguna forma no me resulta extraño, trato de no romantizar el pasado y trato de entender el presente como un proceso dinámico con causas y consecuencias”, reflexiona el director.
“La verdad también es que yo ya viví este proceso de alguna forma con el menemismo y esta idea de libertad de mercado, de que cuando somos todos libres en términos de compra y venta terminamos también siendo un poco esclavos del dinero. Y donde hay un esclavo también hay alguien que es el dueño de los recursos. Entonces me parece que hay como una idea de otra interpretación de la libertad que históricamente terminará tomando su lugar. De la misma forma que el menemismo terminó ocupando un lugar en la historia, la convertibilidad, o los modelos neoliberales como los de Martínez de Hoz, creo que terminaremos dándonos cuenta que la mejor versión del Estado es cuando tiene un rol activo y cuando se ocupa de los que están fuera del sistema y trata de incluirlos”.