El nacimiento de elefantes marinos en la costa bonaerense asombra a los expertos
En las últimas semanas se reportaron tres casos inusuales sobre el nacimiento de elefantes marinos en diversos lugares de la costa atlántica bonaerense y los expertos en fauna marina expresaron su asombro por lo sucedido.
En primer lugar se registró un nacimiento a fines de septiembre en la localidad de Mar Chiquita y luego tuvieron lugar otros dos durante el último fin de semana largo, uno en el partido de La Costa, en la ciudad de Mar de Ajó, y otro en las playas de Villa Gesell, durante el 11 y el 12 de octubre respectivamente.
Además de los nacimientos en la Argentina, también se repitió el fenómeno días atrás en Brasil, en la playa de Siriú, ubicada en el municipio de Garopaba, estado de Santa Catarina.
La importancia de respetar y no molestar a los animales
Desde la fundación Mundo Marino salieron a alertar a la comunidad sobre la importancia de respetar y no molestar a estos animales para que el proceso de amamantamiento y crianza pueda culminar con éxito.
“No es común que en estos momentos, que es cuando se da el pico de nacimientos en nuestra Patagonia, tengamos el privilegio de presenciar el nacimiento de un elefante marino. En ese sentido, es fundamental no molestar a estas hembras para que puedan desarrollar de modo normal el ciclo de crianza de sus cachorros que durará entre 20 y 23 días. Si la madre llegara a sentir algún tipo de amenaza ocasionada sea por personas o mascotas, existe el riesgo de que decida volver al mar, interrumpir el proceso de amamantamiento y abandonar el cachorro. De toda la comunidad depende que este proceso culmine con un final feliz”, explicó Sergio Rodríguez Heredia, biólogo y responsable del centro de rescate de la fundación.
Rodríguez Heredia participa junto a su equipo del operativo de monitoreo en la localidad costera de Mar de Ajó.
Las hipótesis sobre el nacimiento de los elefantes marinos
Respecto a las posibles causas que podrían originar este fenómeno del nacimiento de los elefantes marinos, el especialista reparó: “Es difícil determinar una única causa, pero a modo de posible hipótesis podría estar relacionado con la elevada mortalidad de cachorros, animales adultos y subadultos de esta especie en península Valdés durante 2023, a raíz de la influenza aviar. También podría tratarse de hembras primerizas que, en su migración hacia el sur, fueron sorprendidas por el parto”, explicó.
En ese sentido, sobre el impacto de la influenza aviar, el año pasado un reporte difundido por The Wildlife Conservation Society (WCS) de Argentina, alertó sobre una mortalidad extrema de cachorros de elefantes marinos del sur de entre 56 y 74 por ciento en península Valdés.
El 2023, un año triste para la fauna marina en la costa atlántica bonaerense
Monitoreo de los cachorros
Tanto en las localidades de Mar de Ajó, como de Villa Gesell y Mar Chiquita, los animales están siendo monitoreados por el equipo de guardaparques y técnicos del Ministerio de Ambiente de la provincia de Buenos Aires.
También la fundación Rescate Verdemar y personal del área de zoonosis de la municipalidad de Villa Gesell, están colaborando con el monitoreo, así como el grupo de rescate de Fauna Silvestre, bomberos voluntarios y defensa civil del partido de la Costa y Prefectura Naval Argentina.
Acerca del mirounga leonina
El elefante marino del sur pertenece a la familia de los fócidos o focas. Como ocurre con el resto de los pinnipedos es una especie polígama y paren una cría al año.
A diferencia de los otáridos (lobos marinos) que pueden retraer sus miembros posteriores o aletas para desplazarse, las focas llevan adelante su locomoción reptando con el vientre. Otra diferencia entre los lobos marinos y las focas es que las segundos no poseen pabellón auricular detrás de sus ojos.
Los machos pueden medir hasta 5 metros de longitud y pesar hasta 6 toneladas. Las hembras, en cambio, poseen un promedio de 2,5 metros de largo y un peso cercano a la tonelada. Este diformismo sexual, en donde los machos son de mayor tamaño que las hembras, es común también a otras especies de pinnípedos.
Por su parte, la característica anatómica en los machos es su probóscide (trompa), la cual completa su desarrollo a los 8 años de edad.
Gran parte de su vida la pasan en agua alternando con períodos en tierra para descansar, mudar su pelaje y reproducirse. Su zona de distribución en el país se localiza en la Patagonia argentina. En península Valdés se encuentra la única elefantería continental del mundo, siendo las restantes en territorio insular. Los nacimientos suelen concentrarse durante la primera semana de octubre en esa región y durante el proceso de amamantamiento las hembras permanecen en ayunas y se dedican exclusivamente a la crianza.
Sobre los cachorros de elefantes marinos
Los cachorros al nacer tienen un peso promedio de 30 a 45 kilos y aumentan entre 5 y 6 kilos por día, alimentándose solamente de la leche de la madre.
La muda del pelaje de los cachorros que, al nacer es de color negro y luego se torna de un gris claro, se produce a partir de los 10 días de vida.
Transcurridos entre 20 y 23 días, las madres retornan al mar y los cachorros pueden permanecer en tierra y en ayuno entre uno y tres meses. Finalizado ese período ingresarán al mar para buscar su primer alimento sólido.
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