Publican una nueva edición del diccionario panhispánico de dudas

Ante las indecisiones entre los hispanohablantes al momento de escribir o pronunciar palabras que modifican su significado, que dejan de utilizarse o bien empiezan a formar parte habitual en el uso de la lengua castellana, la Real Academia Española (RAE) publicó una nueva edición del diccionario panhispánico de dudas (DPD) a fin de ayudar a resolver esa clase de cuestiones. 

Lanzado por primera vez en 2005, el DPD quedó ampliado en una nueva versión auspiciada por la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale).

El miembro de la RAE y director de la obra, Salvador Gutiérrez Ordóñez, encabezó la presentación del renovado diccionario desde Madrid.

Durante su discurso recordó que la edición debut “se vendió bien y tuvo repercusión, además de ser también la primera obra académica panhispánica”.

 

 

“Para la primera edición se empezó a trabajar en 1998, se constituyó un registro de las dudas más habituales que se planteaban a las academias, se utilizaron los libros de estilo de los medios de comunicación y la obra salió en noviembre de 2005”, rememoró por su parte el director de la RAE, Santiago Muñoz Machado.

Después de eso, en noviembre de 2019, durante un congreso celebrado en Sevilla, la Asale acordó realizar una segunda edición ahora publicada.

 

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Sobre la nueva edición del diccionario panhispánico de dudas

En esta nueva edición del DPD hay unas 7.000 entradas, de las que 370 son nuevas, y de estas, 362 son neologismos y extranjerismos.

Las dudas que se resuelven son de carácter fonográfico (pronunciación, acentuación, puntuación, grafías) y morfológico (plurales, femeninos, conjugación).

Además se analizó lo sintáctico (problemas de construcción, concordancia, leísmo, dequeísmo) y lo lexico-semántico (impropiedades léxicas, calcos semánticos censurables, neologismos o extranjerismos).

Una diferencia cuantitativa con respecto a la primera edición es que esta vez se citan en los ejemplos de los términos recogidos “3.260 obras y 399 publicaciones periódicas procedentes de todos los territorios donde se habla español, incluyendo Filipinas y Guinea Ecuatorial”. Esto supone que se han citado 1.661 obras y 237 publicaciones periódicas más que en 2005.

 

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Curiosidades del nuevo DPD

  1. En primer lugar en el nuevo DPD se destaca, por ejemplo, la confusión entre las palabras égida y hégira. La primera significa “protección o amparo” y no “mandato”, un uso que, sin embargo, se ha documentado. Tampoco se puede utilizar con el sentido de “huida o exilio”, porque para eso está el vocablo hégira, surgido para designar la huida de Mahoma en el año 622.
  2. Sobre el bullying, la desgracia que a veces sucede en las aulas, las academias han constatado que se está imponiendo a este anglicismo la expresión en español “acoso escolar”.
  3. Por el lado de la muy mencionada delicatessen se aclaró que “se usa más con doble ese”, pero la adaptación gráfica que propone el diccionario para esta voz inglesa de origen alemán, que significa exquisiteces, es que se escriba con una sola ese.
  4. En ese rubro de las delicias, el brownie (bizcocho de chocolate), se puede escribir como se pronuncia, brauni, sin temor a ser tomados por ignorantes. Esa es la propuesta del DPD porque esa grafía refleja la pronunciación de la palabra original, que es lo propio del español, y no de otros idiomas.
  5. Sin salir de los dulces, hay quien dice curasán para llamar al bollo de hojaldre en forma de media luna conocido como cruasán, adaptación del francés croissant. Pues no es correcto. Hay, eso sí, un uso “minoritario y desaconsejable”, croasán.
  6. La palabra quorum se escribe en cursiva. Sin embargo, los académicos indican que también se puede escribir cuórum, en redonda, para designar al “número de individuos necesario para que un cuerpo deliberante tome ciertos acuerdos”.
  7. También se propone desde la RAE usar lobi por lobby o campin por camping.
  8. En palabras acabadas en consonante más i griega final, como body o ferry, se está generalizando el uso con i latina: bodi o ferri.
  9. Entre otros cambios sobre el DPD anterior que ilustran la evolución de la lengua, figura la admisión de que guion se escribiese con tilde, pero ahora se precisa que solo debe hacerse sin ella.
  10. Algo similar ocurre con la palabra bizarro, de la que se advertía en 2005 que era incorrecto usarla con el sentido de raro o extravagante. Veinte años después esto ya es frecuente.
  11. Diferente también es lo ocurrido con el plural de máster: se dice que puede ser másteres “más frecuente”, o masters. Los académicos pensaban en la edición de 2005 que el primero desplazaría al segundo, pero no ha sido así.
  12. Otra novedad es que en algunos países se ha registrado la palabra yoga como femenino, lo que antes no sucedía.
  13. Por otro lado, se propone usar espá por spa, para ese tipo de establecimientos de hidroterapia.
  14. Una de las últimas novedades es la de un caso peculiar, la palabra braille, que designa al sistema táctil de escritura y lectura para ciegos. En España se suele pronunciar bráille, pero en América bráile. Los académicos recomiendan, una vez más, “acomodar en el uso grafía y pronunciación”. En consecuencia se está ante dos pronunciaciones distintas.

 

 

Extranjerismos en auge

En relación a los denominados “extranjerismos”, desde la RAE consideran que son una constante que no se puede parar.

Sin embargo, aclararon que el DPD solo “señala si su uso se justifica o no” y afirmaron que los hispanohablantes tendrán la última palabra.

“Los extranjerismos suelen aparecer primero en publicaciones científicas y en la prensa, luego hay una etapa larga, la académica, en la que se ve si se ha consolidado como uso común para añadirlo o no al diccionario de la lengua española”, explican los académicos.

“La lengua española es pluricéntrica, hay diferentes normas cultas porque se habla en más de 20 países, aunque con una base común”, agregaron.

“No inventamos, todo está documentado y animamos a los hispanohablantes a usar estos términos que no separan la ortografía de la pronunciación”, subraya Hernández Gómez.

 

 

Topónimos y gentilicios

El DPD también se ocupa de las dudas con los topónimos y gentilicios, sobre todo con los que provienen de lenguas no latinas.

Gutiérrez Ordóñez se refirió puntualmente al topónimo de la ciudad brasileña de Río de Janeiro: se escribe con tilde y no debe pronunciarse, como hay quien lo hace por imitación del portugués, río de yanéiro.




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