Este jueves, al cumplirse el 21 aniversario del asesinato del reportero gráfico José Luis Cabezas, se realizaron dos actos frente a la terminal de ómnibus de Pinamar, donde se ubica el monolito que lo homenajea.
Hace 21 años, Cabezas fue secuestrado y llevado a una cava a 13 kilómetros de la ciudad de Pinamar. Esposado y de rodillas, le pegaron dos tiros en la cabeza para luego incendiar el auto con su cuerpo en el interior. El empresario Alfredo Yabrán fue investigado por la autoría intelectual del crimen, pero nunca juzgado: se suicidó en 1998.
Los policías Sergio Camaratta, Aníbal Luna y Gustavo Prellezo fueron condenados a prisión perpetua, al igual que los integrantes de Los Horneros, Sergio González, Horacio Braga, José Auge y Héctor Retana. Camaratta y Retana han muerto, y el resto de los acusados y condenados por el atroz crimen se encuentran hoy en libertad.
Para repudiar la impunidad, el primero de los actos se realizó por la mañana, con la participación de Gladys Cabezas, hermana del reportero, y con la sentida ausencia de su madre, Norma Marotti, quien falleció el año pasado. Allí se plantó, como todos los años desde el primer aniversario del atroz asesinato, un nuevo pino.
En ese marco, también estuvieron el jefe comunal de Pinamar Martín Yeza; el intendente interino de Madariaga, Marcos Jovanovic y Paolo Menghini, papá de Lucas, una de las víctima de la tragedia de Once, y trabajador de la TV Pública.
También se presentó el director nacional del Archivo de la Memoria, Sergio Kuschevatzky, quien anunció que en febrero se llevará a cabo la muestra “El hombre atrás de la cámara” en homenaje a Cabezas.
Más tarde, a las 20 y también en Pinamar, periodistas, reporteros gráficos y vecinos se congregaron en el monolito para realizar recordar al fotógrafo y expresar el deseo colectivo de justicia.