Tres meses después de que el expresidente Lula da Silva fuera a prisión, y a casi dos años de haber sido destituida de la presidencia de Brasil por el Congreso, Dilma Rousseff regresará a la primera plana política del gigante sudamericano como candidata a senadora en las próximas elecciones de octubre.
A consecuencia del escandaloso proceso de impeachment, la exmandataria no puede aspirar a la presidencia hasta 2024. Por eso, será candidata al Senado por el Estado en que nació, Minas Gerais, al sureste del país, la misma región de Aécio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileño (PSDB), derrotado justamente por Rousseff en las presidenciales de 2014. Neves también se presentará a senador.
La exmandataria busca la redención en esta apuesta política y dejar atrás una destitución que ella misma calificó de golpe de Estado orquestado por las fuerzas conservadoras de Brasil y su rechazo a políticas que privilegiaran a los más vulnerables. Con el gobierno de Michel Temer, que fue su vicepresidente y ocupó su puesto, se ha aprobado una reforma laboral y se han recortado programas sociales.
Según detalla el diario El País de España, desde que dejó el Ejecutivo, Rousseff se ha dedicado a participar en encuentros políticos en varios países para dar su versión sobre el impeachment que vivió. “Hicieron una campaña machista y misógina contra mí”, dijo la semana pasada cuando anunció que pretende volver a la política con el apoyo de las urnas.
