Una investigación en curso busca contribuir a la conservación y manejo de las tortugas marinas que utilizan las aguas de plataforma de nuestro país. Para ello se implementaron receptores satelitales sobre dos especies de las más frecuentes en la costa bonaerense, a fin de conocer el comportamiento su comportamiento en el mar, en particular sus rutas migratorias y zonas de alimentación.
El estudio es desarrollado por el el Conicet y el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep), en colaboración con otros grupos como la Fundación Mundo Marino, el Aquarium de Mar del Plata y el Centro de Rescate de Fauna Marina de Bahía Blanca. El equipo está compuesto por Victoria González Carman, Daniela Alemany e Ignacio Bruno.
Según remarcaron los investigadores, de siete especies de tortugas marinas, cuatro están en peligro de extinción, dos son consideradas como “vulnerable” y una como “poco conocida” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).
El estudio que pretende contribuir en la conservación de las tortugas marinas analiza los aspectos claves de su biología en relación a las problemáticas que enfrentan y a las actuales herramientas de manejo pesquero y protección de la biodiversidad implementadas en nuestro país.
Las especies que se monitorean son la tortuga verde y la tortuga cabezona, dos de las más comunes en aguas bonaerenses. “Desde que colocamos estos rastreadores en los animales pudimos identificar que el estuario del Río de La Plata es una zona de alimentación muy importante para estas especies. También, sabemos que estos animales pasan parte de la primavera, el verano y principios del otoño en aguas bonaerenses, para luego migrar hacia aguas más cálidas del Uruguay y sur de Brasil”, explicó González Carman.
El trabajo se centra en el estudio de la ecología de las tortugas marinas a fin de comprender las razones por las cuales las tortugas se aventuran a las aguas templado-frías del Atlántico Sudoccidental, a pesar de que a primera vista no se trataría de un hábitat óptimo para ellas.
A raíz del estudio de la dieta de la tortuga verde, González Carman y Bruno identificaron otros factores que podrían poner en riesgo a la especie, como la ingesta de plástico. Es que una gran proporción de los animales estudiados presentaron algún tipo de basura, en especial bolsas de plástico y trozos de plástico duro, en sus tractos digestivos.
Al consumir este material, los animales sufren una dilución alimenticia por una falsa sensación de saciedad, generando un debilitamiento de los individuos que afecta su tasa de crecimiento y supervivencia y, en última instancia, la supervivencia de las poblaciones.