Operación Lava Jato: nuevos indicios sobre un complot contra Rousseff y Lula

Una publicación del diario Intercept Brasil, del periodista estadounidense Glenn Greenwald, señala que el entonces juez Sergio Moro de Curitiba, actual ministro de Justicia del Gobierno de Jair Bolsonaro, y el fiscal de la operación Lava Jato, Deltan Dallagnol, intercambiaron comprometedores mensajes de texto durante la investigación del caso, algo prohibido por la Constitución y el Código Penal brasileño.

El material desclasificado, que reúne diversas escuchas, probaría el comportamiento ilegal de las autoridades judiciales en la operación, que sirvió como coartada para el golpe de Michel Temer contra Dilma Rousseff en 2016, justificó la prisión de Luiz Inácio Lula da Silva en 2018 y creó las condiciones para el triunfo del ultraderechista Jair Bolsonaro y su asunción como presidente el 1ª de enero de 2019.

Lo que revela Intercept es que el actual ministro de Justicia orientaba las investigaciones del jefe de la Lava Jato, Dallagnol, para facilitar las condenas. Intercept tuvo acceso a mensajes intercambiados entre los integrantes de la investigación que fueron enviados, según Greenwald, por una fuente anónima hace algunas semanas. Los archivos demuestran que Moro sugería fuentes, orden de las operaciones y tomaba un papel indirecto para coordinar los procesos que posteriormente juzgaría.

El contenido difundido cuestiona la imparcialidad del ministro cuando era responsable del juicio en primera instancia de varios casos de corrupción en Curitiba. Entre ellos, el del famoso departamento triplex de Lula en un balneario de São Paulo, supuestamente comprado con dinero de sobornos a la constructora OAS, que se benefició con contratos de Petrobras.

 

Un seguidor de Bolsonaro con un cartel contra Lula, el día de las elecciones presidenciales.

 

Intercambio de mensajes

Moro también mantuvo conversaciones privadas con Dallagnol sobre el caso del apartamento del Guarujá. El reportaje afirma que el fiscal no estaba seguro de la denuncia, especialmente después de una polémica rueda de prensa de septiembre de 2016. En ella, Dallagnol presentó una presentación de Power Point con un gran esquema que ponía el nombre de Lula al centro con varias flechas apuntándolo como el “maestro de una gran orquesta concatenada para robar la hacienda pública” y “el comandante máximo” de la trama de desvíos de Petrobras.

Esto fue tema del intercambio de mensajes con Moro. “La denuncia está basada en muchas pruebas indirectas de autoría, pero no cabe decir eso en la denuncia y en la comunicación evitamos ese punto”, escribió el coordinador de la Lava Jato al juez. “No se comprendió en la larga exposición sobre el mando del esquema que era necesaria para imputar por corrupción al expresidente”, reclamó. Intercept afirma que dos días después de ese intercambio de mensajes, Moro respondió: “Definitivamente, las críticas a la exposición son desproporcionadas. Siga firme.”

Casi un año después de ese intercambio de mensaje, el juez Moro consideró que el expresidente Lula cometió los crímenes de corrupción pasiva y lavado de dinero al ser el beneficiario de 3,7 millones de reales en sobornos indirectos de la constructora OAS, que reformó el triplex para ofrecérselo al político a cambio de contratos de la petrolera estatal.

 

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