En el marco de la cumbre celebrada esta semana en Santa Fe, los presidentes de los cuatro países miembros del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) acordaron terminar con el llamado roaming telefónico, el pago adicional por el uso de datos en el extranjero.
La medida beneficiará a unos 200 millones de usuarios a partir de 2020 que no tendrán recargo en las llamadas que hagan desde otro país del área.
Aunque el acuerdo debe ser ratificado por los parlamentos de cada nación y luego pasar por una comisión que establecerá fechas de entrada en vigor y posibles compensaciones a las compañías operadoras, el roaming será suprimido antes para argentinos y chilenos, debido a un acuerdo bilateral firmado previamente por los gobiernos de esos países.
La noticia se conoció en el marco del avance del acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea, tema tratado por los mandatarios durante la cumbre regional. El presidente de Chile, Sebastián Piñera, fue el único que dio alguna pista sobre las condiciones generales del vínculo: “Cuando entre en vigor, desaparecerán el 70% de los aranceles”, dijo.
Por su parte, el presidente argentino, Mauricio Macri, defendió el acuerdo y consideró que constituye “un punto de partida, no de llegada”.
La cuestión de su entrada en vigor es compleja, y aún se desconocen los detalles y los plazos de aplicación, probablemente remotos. Los aranceles externos del Mercosur son del 35% y constituyen el exoesqueleto que ha mantenido con vida al bloque durante sus 28 años de existencia.
Un desarme arancelario, aunque sea parcial, favorecerá en general a la agricultura y la minería de Mercosur, pero pondrá en peligro el tejido industrial de los países miembros, especialmente en Argentina y Brasil. Del otro lado del océano Atlántico, las voces también son críticas sobre algunos ítems, especialmente, las oriundos de Francia.