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Por el Covid-19 aumentó el consumo de tabaco, alcohol y antidepresivos

Fotos Ricardo Stinco

Según un relevamiento del Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires, casi el 21% de los encuestados que consumen sustancias desde antes de la cuarentena, reconoció haber aumentado esta práctica en las últimas semanas.

Los indicadores más elevados se dan entre quienes beben alcohol (36,5%) y fuman tabaco (40%), y le siguen quienes consumen antidepresivos o ansiolíticos (10,1%). Desde la Defensoría recomendaron “fortalecer las campañas públicas de difusión y abordaje iniciadas desde organismos sanitarios nacionales y provinciales”.

En esta línea, el defensor adjunto y coordinador del Observatorio, Walter Martello, señaló que “el consumo de tabaco, alcohol y drogas empieza a ajustarse a una nueva realidad caracterizada por el Covid-19, la emergencia sanitaria y el aislamiento social obligatorio”.

Por este motivo, desde el Observatorio decidieron realizar un estudio cuantitativo y cualitativo a fin de analizar algunos de los cambios en torno a ciertas prácticas y elaborar un diagnóstico que proporcione herramientas para el diseño de nuevas políticas públicas.



Experimentar con nuevas sustancias

Por otra parte, además del aumento del consumo en quienes ya realizaban esta práctica, el relevamiento señaló que un 5% de los encuentros experimentó con nuevas sustancias durante el aislamiento.

“Si bien parece ser menor el porcentaje, creemos que es un dato que no debe pasar desapercibido. Nos está dando la pauta de una problemática que empieza a aparecer de forma incipiente”, consideró Martello.

Otros datos del estudio indican que casi la mitad de quienes experimentaron con nuevas sustancias (48%) reconocen que se le hará muy difícil dejar este consumo que, en la mayoría de los casos, está vinculado al alcohol, al tabaco y a los antidepresivos.

 

 

Asimismo, de acuerdo a lo señalado desde la Defensoría, “una enorme mayoría de quienes recurren a las sustancias reconocen que ese consumo impacta negativamente en sus relaciones interpersonales”.

En tanto, casi el 30% de los encuestados reconoció que “su estado de ánimo se ha visto alterado -profunda o moderadamente- durante la emergencia”.

“El consumo de sustancias psicoactivas puede ser, en muchos casos, una respuesta adaptativa individual que busca morigerar o superar la situación de estrés derivada del confinamiento social. Asistimos así a una situación paradojal: individuos que sometidos al estrés recurren al consumo de sustancias y el resultado de dicho accionar termina siendo un mayor estrés, que a su vez da lugar a situaciones conflictivas con otros individuos con los que comparte el aislamiento social”, concluyó Martello.

Más riesgos

Se debe tener en cuenta, además, que las personas que fuman y/o inhalan sustancias tienen riesgos mayores en la pandemia por el Covid-19, riesgos que se suman a los numerosos ya conocidos del tabaquismo/vapeo, el consumo de alcohol en exceso y el uso de estupefacientes.

A nivel mundial, existe un consenso prácticamente generalizado entre asociaciones profesionales, organizaciones y sociedades científicas sobre que se deben redoblar los esfuerzos, en este contexto de pandemia, en el desarrollo de campañas de prevención, concientización y asistencia sobre adicciones.



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