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Bioseguridad: odontólogos reclaman acceso a condiciones adecuadas de trabajo

Conocida la ampliación del decreto dispuesto por el Poder Ejecutivo nacional el último fin de semana, en el que se incluyó a la odontología como una de las profesiones habilitadas a retornar a la actividad en el marco del aislamiento obligatorio, se suscitaron diversos cuestionamientos en el sector, particularmente luego del comunicado emitido por la Confederación Odontológica de la República Argentina sobre el que muchos odontólogos independientes expresaron sus reparos.

Ángel Moutafian, profesional que integra la agrupación UNO en el sector del Distrito IX del Colegio de Odontólogos de la provincia de Buenos Aires, aclaró al respecto que en estos tiempos el desarrollo del sector “se ve radicalmente afectado por dos factores principales, particularmente y en primer lugar, por las condiciones de bioseguridad, que están muy complicadas como para llevar adelante nuestra tarea de forma segura, tanto para el personal profesional como para el propio paciente”.

En esa línea Moutafian reconoce que el odontológo está muy bien entrenado en bioseguridad, al ser una profesión de riesgo en cuanto a la continua exposición a enfermedades infecto contagiosas. “Ya salimos muy bien capacitados de la facultad y entrenados para esto. Pero este contexto del Covid-19 presenta la particularidad de que es un virus fácilmente transmisible. En los consultorios utilizamos instrumental rotatorio, las famosas turbinas y tornos, que generan una nube de bacterias y virus que se diseminan en los fluidos salivales por todo el ambiente de trabajo, además de la sangre, por supuesto microscópica”, especificó en ese sentido.

 

 

Como la distancia de trabajo en odontología es en promedio de unos 40 centímetros, Moutafian aclara que “el kit de bioseguridad a utilizar en esta pandemia es necesariamente diferente al que utilizamos normalmente, constituyendo dos problemas: su elevado costo y la adquisición casi imposible”, detalló.

La situación es aún más compleja a partir de que el kit idóneo a utilizar en esta etapa, tanto por el profesional como por su personal asistente “debe ser descartado tras cada atención”. “Además, las obras sociales y prepagas no se hacen cargo de su adquisición y, en caso de conseguirse, se pretende que sea el profesional el que realice una inversión previa para disponer del kit en sus consultorios y luego esperar que en algún momento se lo liquiden, no sin antes completar engorrosos trámites”, describió Moutafian.

En promedio, según describen los odontólogos independientes, esos convenios pactados con las entidades intermedias en salud tienen una demora de hasta cuatro meses para liquidar prestaciones. “Siempre fueron muy por debajo del arancel mínimo ético y hoy en día son totalmente inviables”, aseguró el profesional.

 

 

Segundo factor negativo

Esa problemática inicial, de acuerdo a lo especificado por Moutafian, “se encadena con el segundo factor que afecta a la profesión, que es la falta de ingresos económicos en los consultorios desde el día 16 de marzo”.

“Hasta el momento no encuadramos en ninguna de las medidas económicas lanzadas por el gobierno nacional, lo que hace muy crítica la situación de tantísimos colegas”, advirtió el vocero.

“Hay un sector del empresariado, de los que administran temas de salud y algunas instituciones que están haciendo todo lo posible para que salgamos a trabajar como sea, poniendo en riesgo la salud del odontólogo, del personal asistente y de los pacientes, lo cual nos parece un poco descabellado y riesgoso”, especificó Moutafian a continuación.

“Actualmente nos están sugiriendo desde la entidad intermedia que atendamos las urgencias. Nos han propuesto aranceles que costean apenas el valor del kit descartable. Consideramos que ir a atender en las condiciones antes mencionadas, en este momento de evolución de la pandemia, es de un altísimo riesgo e irresponsabilidad”, resaltó el profesional.




Los odontólogos independientes entienden necesario, en principio, “recibir una ayuda económica que nos permita pagar nuestras obligaciones, no solo del gobierno, sino también de las instituciones como la Caja de Odontólogos de la provincia de Buenos Aires, desde donde se han tomado medidas que resultan realmente insuficientes, debido al alto costo que debemos abonar por mes y a la falta de ingreso que estamos teniendo, no se condice, no es compatible y carece de toda lógica” sentenció Moutafian al respecto.

A los problemas financieros vinculados a las regulaciones de los contratos que las prepagas y obras sociales cierran con los diversos círculos o asociaciones odontológicas, los profesionales deben sumar gastos ordinarios de alquilar de consultorios, sueldos del personal asistente, servicios e impuestos vinculados a los residuos patológicos,

“Estamos en un todo de acuerdo con las medidas de aislamiento. Se está poniendo en juego la capacidad de un país de manejar una pandemia. La apuesta fuerte que se está haciendo es definitivamente a la salud de la población, y como agentes de salud no podemos estar menos que de acuerdo. Calculamos que el regreso a la actividad será muy lento”, concluyó Moutafian.

 

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