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Trastornos alimenticios: llaman a “repensar los contextos”

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El Colegio de Nutricionistas bonaerense llamó a la reflexión respecto a la estigmatización y el exceso de juicios sociales en torno a los trastornos alimenticios. Cada 30 de noviembre se conmemora el Día Internacional contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA).

El objetivo de la instauración de esta fecha es visibilizar la importancia de la prevención y detección precoz de este tipo de alteraciones alimentarias.  


Según señalaron desde la institución, los trastornos alimenticios son afecciones psicológicas que se relacionan con las conductas alimentarias. Las mismas afectan negativamente la salud, las emociones y la capacidad de desempeñarte en áreas importantes de la vida. 

Se clasifican como anorexia nerviosa; bulimia nerviosa; trastorno por evitación y restricción de la ingesta de alimentos; trastornos de rumiación; y trastorno por atracón, entre otros.

De acuerdo al Colegio de Nutricionistas, existen ciertos factores para desarrollar un TCA: predisponentes, desencadenantes y de mantenimiento. Estos factores pueden combinarse entre sí y de su interacción surge el trastorno. 

 

 

“Entre los factores predisponentes se encuentran los componentes sociales y culturales: cultura de la delgadez, ideal de belleza, sociedad de consumo, ideal de juventud eterna, y prácticas dietantes. Se entrelaza con esto lo que menciono como iatrogenia nutricional”, señaló la licenciada en Nutrición (MP 6322), Laura Morgan.

Asimismo, la profesional explicó que la iatrogenia “es el daño no intencional ocasionado por el profesional de la salud a pacientes, sus familiares u otras personas”.

Repensar los contextos

Desde la entidad remarcaron que “el contexto cultural dietante y la delgadez como valor, sumado a la exposición a imágenes corporales poco realistas -como sucede en las redes sociales-, puede influir en las percepciones sobre su propio cuerpo, como también su propio sentido de satisfacción corporal”.

Por otra parte, Morgan asumió que “no son pocas las violencias que hemos ejercido como colectivo de profesionales de la salud al estigmatizar personas encorsetándolas en sus diagnósticos”.

 

 

En esta línea, consideró que la palabra trastorno “es muy patologizante”. “Tiende a encorsetar los padeceres, a un individualismo de los procesos salud-enfermedad y a una concentración en el diagnóstico más que en el abordaje desde la construcción de salud”, enfatizó. 

“En los trastornos de la conducta alimentaria, el diagnóstico y abordaje es en equipo. Si no hay equipo, no hay tratamiento que funcione”, recalcó. 

Al respecto, el Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires sostiene que los y las nutricionistas tienen un rol fundamental como acompañantes de estos procesos. Son los que actúan como promotores de la salud a la par de otros profesionales que también son actores claves para abordar estos tratamientos.


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