Enfermedades ginecológicas: monitorizar los quistes para evitar cirugías innecesarias

Un estudio internacional avala una práctica más conservadora para el abordaje de los quistes ováricos benignos: la investigación propone hacer un seguimiento vigilante de estas masas que se forman en los ovarios en lugar de extirparlas quirúrgicamente.

La investigación, publicada en The Lancet Oncology y difundida por el diario El País de España, detalla las estadísticas del estudio en el que se siguió de cerca a 2.000 mujeres con estas masas no cancerosas en sus ovarios.

El resultado es que la llamada “espera vigilante”, donde los médicos no extraen los quistes, sino que controlan su tamaño y apariencia con ecografías regulares, es un abordaje efectivo y menos arriesgado para este tipo de masas. Según el estudio, en uno de cada cinco casos, el quiste desapareció por sí solo sin necesidad de intervención quirúrgica.

Los quistes ováricos son una especie de sacos rellenos de líquido que se forman en los ovarios o a su alrededor. A través de una ecografía, los facultativos determinan su potencial de benignidad —los más comunes son los funcionales, que se forman con el ciclo menstrual y desaparecen solos— o de malignidad.

La investigación siguió durante dos años a 1.919 mujeres de 10 países diferentes diagnosticadas con quistes ováricos benignos. La edad media era 48 años y el tamaño de los quistes, unos cuatro centímetros. El estudio arrojó que en el 20% de los casos los quistes desaparecieron solos y un 16% de las pacientes se sometió a una operación quirúrgica. En conjunto, en esos dos años tras el diagnóstico, el 80% de los quistes desaparecieron o no precisaron intervención quirúrgica.

Solo 12 mujeres (0,4%) fueron diagnosticadas posteriormente con un cáncer de ovario, aunque los investigadores sostienen que es más probable que esto esté relacionado con un falso negativo inicial que con la posibilidad de que el quiste benigno se convirtiese en maligno.

Aunque el abordaje quirúrgico ahora se hace de forma mínimamente invasiva (por laparoscopia), implica unos riesgos que hay que calibrar y tener en cuenta. La posibilidad de complicaciones, como la perforación intestinal, en estas cirugías a mujeres de 50 a 74 años de edad, se encuentra entre el 3% y el 15%.

 

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