Para reducir la ansiedad de los usuarios, las redes sociales experimentan con ocultar el contador de los ‘me gusta’

Instagram decidió ocultar en siete países el contador público de likes y visualizaciones de videos. Facebook ya prueba en Australia y Vietnam no mostrar los likes y las reacciones. Y en Twitter, de momento, para ver el número de retuits y likes hay que dar un clic sobre el tuit.

Esas medidas tomadas por algunas de las compañías más importantes del mundo en el rubro de las redes sociales son cambios que buscan la priorización del contenido y una reducción de la ansiedad de los usuarios.

Así lo dejó entrever hace poco Sara Haider, jefa de Producto en Twitter, en un podcast reciente. «Estamos probando muchas opciones, pero una es animar a la gente a que lea el contenido sin tener una reacción», analizó la empresaria.

La atención sobre los ‘me gusta’ deriva de un creciente movimiento de bienestar digital, que reclama más calma y pausa para los usuarios.

El propio impulsor del botón de like en Facebook, Justin Rosenstein, se arrepintió de su creación: «Es muy común para los humanos desarrollar cosas con la mejor de las intenciones y que tengan consecuencias imprevistas y negativas», afirmó recientemente en The Guardian.

¿Bienestar de sus usuarios?

En el caso de Facebook, lo único que se anima a decir por ahora la compañía en público es que está realizando ensayos: «Estamos haciendo una prueba limitada donde likes, reacciones y las visualizaciones de videos pasan a privado en Facebook. Recogeremos reacciones para ver si este cambio mejora la experiencia de la gente», describieron desde esa red social.

El movimiento puede encajar con la decisión de Facebook de moverse hacia grupos más privados: «Con el tiempo, creo que una plataforma social privada será más importante que las plazas digitales», dijo Mark Zuckerberg en abril pasado.

De hecho, una buena parte del consumo de Instagram o Facebook se hace en stories (imágenes o videos breves que desaparecen al cabo de unas horas) y no muestran likes ni visualizaciones.

¿Y los influencers?

Según los especialistas, hay dos motivos básicos para suprimir el contador de likes: la tranquilidad del usuario medio y la lucha contra el fraude de los influencers.

Si tras mucha cautela las redes comprueban que esta medida aumenta la actividad de todos, saldrá adelante. En cuanto al sector de los influencers, la desaparición de los likes podría ser letal para una industria presuntamente basada en el engaño.

Con algo de artucia es fácil para un aspirante a influencer saltarse el esfuerzo inicial de llegar hasta el radar de las empresas. Aunque el marketing tiene cada vez herramientas más refinadas, todo aspirante de influencer tramposo tendrá su opción. Es fácil comprar likes online. Basta buscar en Google y gastarse algo más de 100 euros para 10.000 seguidores de Instagram, que según un estudio de Masarah Paquet-Clouston, investigadora en ciberseguridad de la empresa canadiense GoSecure, es la más barata. La más cara es LinkedIn, a precios de 2016.

¿Puede ser la lucha contra el fraude un motivo para suprimir los likes como métrica? Sí. Pero es una batalla perdida, según algunos especialistas, la batalla entre redes sociales y estafadores seguirá. Si los likes ya no venden, buscarán lo que se venda.

Aquellos que temen el día en que sus posts no tengan miles de likes tienen un problema y una ventaja. El problema: no hay muchas otras redes a las que ir. La ventaja: podrán mostrar su repercusión publicando capturas de pantalla de sus likes o impresiones. Siempre habrá quien busque alternativas.

 

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