Desde el INTA subrayaron la importancia del servicio que ofrecen insectos como las abejas, un factor clave para la producción de alimentos, y advirtieron sobre el riesgo de su ausencia. Además, destacaron el aporte nutricional y la amplia variedad de mieles regionales, según el ambiente y flores disponibles.
Enmarcado en el Día Mundial de la Abeja, que se celebra cada año el 20 de mayo, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria señaló que el 74% de los cultivos en Argentina dependen de los polinizadores.
En esta línea, Laura Gurini –investigadora del programa de apicultura (Proapi) del INTA– recalcó que “las abejas aportan numerosos beneficios a la vida humana, entre los que se destaca principalmente la función polinizadora”, por lo que su ausencia “impactaría en una reducción del 50% en los rendimientos de las producciones”.
“Entre los polinizadores naturales, el grupo más importante está formado por los insectos, sobre todo las abejas o miembros de la superfamilia Apoidea, con más de 20 mil especies, entre ellas la abeja melífera”, detalló la especialista.
Mieles regionales
Considerado por los especialistas como un alimento funcional, la miel es el producto de las abejas más conocido y difundido entre los consumidores. Según Gurini, “en la Argentina existen numerosos ambientes y floras diversas que permiten la obtención de gran cantidad de mieles regionales”.
“Las mieles tienen características derivadas de la flora, por lo que es posible encontrar diferencias entre ellas”, especificó la técnica del Proapi, para quien “es fácilmente observable la variedad en las características sensoriales”.
En cuanto a la evolución de los hábitos de los consumidores, Gurini aseguró que “las exigencias se dirigen cada vez más a la búsqueda de nuevos productos con propiedades funcionales que puedan proporcionar, además del valor nutritivo, otros componentes relacionados con la salud”.