Descubren qué produce los antojos durante el embarazo
Una investigación sobre antojos durante el embarazo, realizada en roedoras, halló la reorganización neuronal que impulsa a comer productos dulces y calóricos. El estudio fue publicado en la revista científica Nature Metabolism.
Durante la gestación, el organismo materno experimenta una serie de cambios fisiológicos y de comportamiento. El fin es crear un entorno favorable para el desarrollo del embrión.
Los resultados de la investigación arrojaron que, en el embarazo, el cerebro de las hembras de ratón estudiadas experimentó cambios en las conexiones funcionales de los circuitos de recompensa, los centros gustativos y sensoriomotores, según informó la agencia SINC.
Además, de la misma forma que las embarazadas, las roedoras son más sensibles a los dulces y desarrollan conductas de ingesta compulsiva de alimentos calóricos.
“Existen muchos mitos y creencias populares en torno a los antojos, aunque los mecanismos neuronales responsables de su aparición son poco conocidos”, explicó Marc Claret, a cargo de la investigación.
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De esta forma, se descubrió que durante la gestación hay una remodelación de varios circuitos neuronales y en el sistema de recompensa, guiado por los niveles de dopamina.
“La alteración de estas estructuras nos llevó a explorar la vía mesolímbica, una de las rutas de transmisión de señales de las neuronas dopaminérgicas. La dopamina es un neurotransmisor clave en los comportamientos de motivación o deseo”, sostuvo Claret.
A su vez, señaló que las células neuronales y su alteración “serían las responsables de la aparición de los antojos”, ya que la ansiedad por la comida, típica del embarazo, “desapareció después de bloquear su actividad”.
Consecuencias de los antojos
Por último, demostraron que los antojos persistentes tienen consecuencias para la descendencia, ya que afectan su metabolismo y el desarrollo en los circuitos neuronales que regulan la ingesta de alimentos. Debido a esto, se produce un aumento del peso corporal, ansiedad y trastornos alimentarios.
Si bien los investigadores señalaron que se desconoce si los resultados son extrapolables a humanos, recomendaron “moderar los antojos” para minimizar “posibles efectos adversos”.
“Nuestro trabajo indica que basta con conductas cortas pero recurrentes, como los antojos, para aumentar la vulnerabilidad psicológica y metabólica de la descendencia”, concluyó Claret.
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