Así fue la reparación de media vida del submarino ARA San Juan

El submarino de la Armada Argentina ingresó al CINAR, el Complejo Industrial y Naval Argentino, en diciembre de 2008, donde Tandanor, una empresa especializada en el sector, dedicó varios años a la conformación de un equipo especializado para llevar adelante la reparación de media vida, una de las obras más difíciles y complejas en la industria naval.

Para reemplazar los motores y los grandes pesos que tiene un sumergible, los ingenieros navales debieron cortar el casco de la embarcación por la mitad con oxigeno – acetileno y separarla en dos partes, debido a que no es posible sacar, ni ingresar, equipamiento por las pequeñas escotillas del submarino.

Este proceso, sumamente arduo, necesitó de una preparación de dos años de trabajo de ingeniería en las instalaciones del CINAR, dependiente del Ministerio de Defensa de la Nación, para llevarlo a cabo.

Uno de los 625 trabajos y obras que recibió el submarino, de los cuales casi 400 se llevaron a cabo en los talleres Almirante Storni, fue el relacionado a las baterías. Según la Armada, el capitán del submarino había notificado una avería en ese sector el miércoles último, antes de perder todo contacto.

 

 

Desde Tandanor detallaron que al San Juan se le realizó un replacado y una reparación integral de cada una de las 960 baterías que hacen funcionar al submarino y se repararon las válvulas y demás mecanismos para alcanzar su condición original.

La tarea de volver a unir el submarino, se realizó tres años después, a fines de 2011, y también generó importantes complejidades desde el punto de vista técnico. Al ARA San Juan, además, se le reemplazaron los 4 motores diesel MTU de 16 cilindros en V y 1.200 Kw de potencia, que mueven una igual cantidades de alternadores de 4.000 amperes, por otros nuevos y le realizó un recorrido y reparación completa de los cuatro equipos generadores que se utilizan para carga de baterías.

 

 

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