Símbolo de identidad: por qué se celebra el día de la escarapela el 18 de mayo

Cada 18 de mayo se celebra en Argentina el Día de la Escarapela, uno de los primeros símbolos patrios del país. Fue creada antes incluso que la bandera, y su uso remite a los comienzos del proceso independentista. La fecha se instauró oficialmente en 1935 por el Consejo Nacional de Educación.

La escarapela argentina fue adoptada en 1812 por pedido del general Manuel Belgrano. El objetivo era unificar los colores que identificaban a las tropas revolucionarias. Hasta ese momento, se usaban distintivos diferentes, lo que generaba confusión.

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Belgrano propuso el uso de los colores blanco y celeste, vinculados a la Casa de Borbón y a símbolos usados en la Revolución de Mayo. El Triunvirato aceptó la propuesta el 18 de febrero de 1812 y poco después, esos mismos colores serían los de la bandera nacional.

Según diversas fuentes históricas, los escarapelistas ya se destacaban durante las jornadas del Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810. En ese contexto, se usaban cintas celestes y blancas para distinguir a quienes apoyaban la causa independentista.

Si bien no hay consenso absoluto sobre el origen exacto de los colores, sí se sabe que su uso fue un gesto político claro frente al poder virreinal.

Más que un adorno

La escarapela no es solo un adorno para actos escolares. Representa la memoria de un pueblo en lucha por su independencia. También es una forma de apropiarse de la historia nacional, especialmente en un contexto de debates sobre el sentido de la patria y los símbolos.

En las escuelas, su uso se transmite como tradición. Pero cada 18 de mayo, Día de la Escarapela, es una oportunidad para resignificarla: no como gesto vacío, sino como signo de pertenencia y reflexión crítica sobre el pasado.




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