Una nueva trama de sobornos implica al presidente de Brasil

Con todo el país pendiente del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, que el próximo miércoles sabrá si el Tribunal Supremo aplaza o no su entrada en prisión, Brasil sufre un nuevo sobresalto judicial de gran repercusión política.

La Policía Federal, respondiendo a un mandato de la Fiscalía General de la República y de un juez del Supremo, detuvo a dos personas de la máxima confianza del actual titular del Ejecutivo, Michel Temer, ambos amigos íntimos desde hace décadas y que ya venían siendo investigados como supuestos testaferros suyos.

Uno de los detenidos es el abogado José Yunes, que ocupó destacados cargos en el partido de Temer, el Movimiento Democrático Brasileño (MDB), y fue asesor del presidente de la República, a quien conoce desde que ambos estudiaban Derecho.

Yunes dimitió de su cargo en la presidencia en 2016 después de que uno de los antiguos ejecutivos de la constructora Odebrecht le acusase de recibir 10 millones de reales (2,6 millones de dólares) en dinero negro para financiar una campaña electoral del MDB.

Otro de los arrestados es el coronel del Ejército en la reserva João Batista Lima Filho, que ya había saltado al escenario público en los últimos meses al divulgarse las investigaciones que le colocaban como sospechoso de actuar de intermediario y testaferro del presidente.

Lima es propietario de una empresa de ingeniería cuyos negocios prosperaron siempre en la órbita de los cargos públicos ocupados por Temer. Varios delatores ante la justicia le han implicado en la percepción de sobornos.

La redada de este jueves es consecuencia de una investigación abierta por el magistrado del Tribunal Supremo Luis Roberto Barroso para determinar si Temer favoreció, a cambio de sobornos, a una empresa con un decreto sobre la regulación de los trabajos en los puertos, aprobado el pasado año.

 

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