La CGT marchó contra Cambiemos, no puso fecha a un paro y sufrió cuestionamientos

Una multitudinaria marcha convocada por la Confederación General del Trabajo tuvo su epicentro este martes en la ciudad de Buenos Aires, en la mayor manifestación contra las políticas del gobierno desde que Macri asumió la presidencia de la Nación.

“No vinimos únicamente a hacer un diagnóstico, vinimos a anunciar que va a haber medidas de fuerza en la Argentina a fin de mes, les pido por favor que escuchen cuales son las razones”, expresó Juan Carlos Schmid, mano derecha del extitular de la CGT-Azopardo, el líder camionero Hugo Moyano, desde el palco central de la movilización que convocó la central obrera.

En la previa de la jornada, Schmid, uno de los miembros del triunvirato que conduce actualmente la CGT, había explicado los motivos de la protesta: “Los gremios cuestionan una parte del trazado económico que se está llevando adelante, en particular el tema importaciones. Pero también reclaman por la caída del consumo y los asuntos paritarios. La pérdida del poder adquisitivo está presente en todos los reclamos”, aseguró.

Momentos antes, el legislador bonaerense Carlos Acuña, referente del personal de estaciones de servicio, había hablado del deterioro de los ingresos de los trabajadores a raíz de la inflación y, en el marco de la segunda jornada de paro docente, sentenció: “Esta CGT no va a permitir que haya un piso para esta discusión paritaria, porque nosotros vamos a discutir en cada sector la posibilidad de recuperación del salario perdido”, desafió.

Luego fue Héctor Daer el encargado de tomar la palabra, quién precisó: “Ya pusimos en marcha un plan de lucha. La CGT ya tomó la decisión de hacer un paro de 24 horas”, avisó, sin definir fecha y con una salvedad no menor: la concreción de la medida de fuerza dependerá de si el gobierno “rectifica su política económica”.

Los líderes sindicales, que cerraron el acto central con la marcha peronista, anunciaron que la futura huelga nacional se realizará a más tardar en abril, en lo que será el primer paro que enfrentará Macri.

Sin embargo, la reticencia a dar una fecha cierta de huelga no cayó bien entre algunas columnas de manifestantes, que al cierre del acto intercambiaron piedras y sillas con los grupos más dialoguistas al grito de “traidores” y demoraron la salida de los dirigentes de la CGT atrapados durante más de media hora por los incidentes.

 

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