La inversión de China en América Latina crece y se diversifica
La presencia del gigante asiático en la región se ha convertido en moneda de cambio habitual en muchos países de la región: de Chile a México, pasando por Argentina y, sobre todo, Brasil.
Entre 2010 —cuando los flujos inversores marcaron su máximo, gracias a fusiones y adquisiciones vinculadas al sector petrolero argentino y brasileño— y 2016, China invirtió cerca de 90.000 millones de dólares en los países del área, casi cuatro veces más que en los siete ejercicios precedentes.
Así lo reveló el último informe de la Red Académica de América Latina y el Caribe sobre China, que divulgó varias características de la inversión china en Latinaomérica, entre ellas, la concentración. Tan solo nueve empresas –Sinopec, CNPC, Sinochem, China Three Gorges, MMG, State Grid Corporation of China, Wisco, Cnooc y BCEG– suman casi la mitad de la inversión china en los 16 últimos años el 46% de la inversión china total desde principios de siglo. Y tres países sudamericanos –Brasil, Perú y Argentina– recibieron siete de cada 10 dólares invertidos por Pekín en la región.
Otro dato curioso es saber que la mayoría de inversiones chinas en América Latina y el Caribe siguen siendo de titularidad pública: entre 2001 y el año pasado, esas compañías supusieron el 77% de los desembolsos de capital y generaron casi siete de cada diez puestos de trabajo relacionados con la inversión directa china.
Sin embargo, algo parece estar cambiando en la aproximación de los chinos a la región: el apetito por las materias primas —sobre todo petróleo y minería—, aun siendo todavía significativo, ha dejado paso poco a poco a un creciente interés por otros sectores productivos, como las infraestructuras y los servicios.
A medida que Pekín ha ido fijando sus miras en países de Asia-Pacífico en detrimento de América Latina para proveerse de minerales y otros recursos naturales, los sectores de infraestructura y servicios han empezado a ganar importancia a marchas forzadas: aunque las materias primas siguen liderando la tabla de inversiones chinas en la región —casi siete de cada 10 dólares invertidos van a parar a ese ámbito—, en los próximos años el paulatino equilibrio de fuerzas debería ser la nota predominante.