A poco más de 1.000 días de que Rusia invadiera a Ucrania, prosigue la guerra entre ambos países y este jueves el ejército ruso lanzó un ataque con 90 misiles y 97 drones en el marco de una campaña dirigida a la red energética ucraniana.
Los bombardeos cayeron sobre diversas infraestructuras de una docena de provincias de Ucrania y obligaron a las empresas de suministro eléctrico de ese país a tener que aplicar cortes de luz en varias ciudades.
Rusia ataca a la red energética de Ucrania por décima primera vez en 2024
La medida del gobierno ucraniano es justamente lo que desea el gobierno ruso conducido por Vladímir Putin, que desde el otoño del 2022 busca dejar a la población de Ucrania sin electricidad ni otros servicios básicos, como ya ha ocurrido con el agua.
Horas después del ataque, Putin explicó en una conferencia en Kazajistán que este bombardeo es una respuesta al uso por parte del ejército ucraniano de misiles de largo alcance provistos por Estados Unidos y el Reino Unido en las últimas semanas.
💬 Presidente #Putin: Tenemos derecho a emplear nuestros armamentos contra instalaciones militares de los países que permitan usar sus armas contra nuestros objetivos
En caso de la escalada de las acciones agresivas, vamos a responder de una manera igualmente rotunda y simétrica pic.twitter.com/IpwG9JadI3
— Cancillería de Rusia 🇷🇺 (@mae_rusia) November 22, 2024
El presidente ruso dijo que el reciente ataque tuvo como objetivo 17 enclaves militares y amenazó con volver a emplear masivamente contra la capital de Ucrania, Kiev, el cohete Oréshnik, diseñado para una guerra nuclear y empleado por primera vez la semana pasada contra instalaciones militares en Dnipró.
“Podrían ser instalaciones militares, empresas de la industria de defensa o centros de toma de decisiones en Kiev”, expresó el líder ruso en ese sentido.
La ofensiva de este jueves dejó sin conexión a 523.000 consumidores en la región de Lviv, a unos 215.000 en Volinia y a más de 280.000 en Rivne, según el balance provisional de las autoridades regionales ucranianas.
Según las fuerzas aéreas de Ucrania, se lograron interceptar 79 de los misiles y 35 drones lanzados por Rusia, algunos desde el Mar Negro, otros desde la provincia de Volgogrado y otros desde la península de Crimea, anexionada por los rusos muchos años antes de iniciada la guerra, allá por 2014.
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Las declaraciones de Zelenski
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, subrayó en un mensaje en sus redes sociales que Rusia ha utilizado munición de racimo, que aunque produce explosiones menos potentes, sí expande más el daño y complica más la reparación de infraestructuras civiles.
“Esto es una muy vil escalada de Rusia en sus ataques terroristas”, afirmó Zelenski, quien insistió en la necesidad de recibir más defensas antiaéreas de sus aliados occidentales: “Estos sistemas de defensa son necesitados ahora en Ucrania, donde salvan vidas, y no en almacenes”, exclamó en ese sentido.
Por su parte desde el Ministerio de Energía de Ucrania se especificó que el bombardeo a gran escala de este 28 de noviembre es el número 11 contra la red energética en lo que va de año.
En consecuencia, de acuerdo a datos de Naciones Unidas, se estima que Ucrania ha perdido un 60% de su capacidad de generación eléctrica.
El 25 de noviembre, Rusia llevó a cabo ataques terroristas contra varias regiones de Ucrania. En concreto, las fuerzas rusas lanzaron ataques con misiles contra #Járkiv y #Odesa, así como decenas de drones contra #Zaporizhzhia. Al menos 30 personas resultaron heridas. https://t.co/tJAOHJmk9B
— UKR Embassy in ARG (@UKRinARG) November 25, 2024
La amenaza de Putin con los cohetes Oréshnik
La ofensiva rusa contra el sistema energético del país invadido coincide con una nueva fase de la guerra en la que Punti amenaza a Kiev y a sus socios en la OTAN con graves consecuencias si el ejército ucraniano continúa utilizando misiles de largo alcance occidentales contra objetivos militares en suelo ruso.
Putin ordenó el 21 de noviembre el lanzamiento del Oréshnik, un misil balístico hipersónico de rango intermedio contra una planta militar en la ciudad de Dnipró. Es la primera vez que se utiliza un cohete de este tipo, diseñado para una guerra nuclear, en un conflicto armado.
El mandatario aprovecho ahora una reunión de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), la alternativa rusa a la OTAN, para elevar su amenaza: “En el caso de un lanzamiento masivo de estos misiles oréshnik, su potencia será comparable al uso de armas nucleares”, manifestó el mandatario ruso.