El ‘no’ a la reforma constitucional se impone en Italia
Más allá de las reformas para modificar 47 artículos de la Constitución, los italianos votaron este domingo lo que subyacía era una muestra de confianza hacia el primer ministro Mateo Renzi. El 60% eligió ir en contra de sus proyectos y lo llevó a anunciar su inminente dimisión.
La intención de Renzi de dar más poder al Gobierno —a través de una reforma de la ley electoral que penalizaba a los partidos pequeños y arrebatando al Senado su poder de bloqueo— fue entendida por la oposición y por el 59,42% de la ciudadanía como un intento de perpetuarse en el poder.
Renzi accedió al cargo sin pasar por las urnas —tras arrebatarle el Gobierno a su compañero de filas Enrico Letta—, pero sí lo perderá finalmente de manera democrática.
“Asumo toda la responsabilidad de la derrota”, dijo el todavía primer ministro tras felicitar a los partidarios del no, “y cuando uno pierde no se va a dormir silbando como si nada. Aquí termina mi experiencia de Gobierno”, lanzó en declaraciones citadas por el diario El País de España.
La participación fue considerable, con el 68,2% de los electores. Sólo dos regiones dieron su apoyo a la reforma del primer ministro: en su Toscana natal y en Trentino. En el resto del país, el rechazo se impuso inexorablemente.
“Yo quería reducir el número de los escaños y el sillón que ha saltado es el mío. El resultado es claro. La victoria del no ha sido extraordinaria. He perdido, y aunque en la política italiana no pierde nunca nadie, quiero repetirlo en voz alta. Yo he perdido. Soy distinto y lo digo con un nudo en la garganta. Creo en la democracia. Me voy sin remordimientos” expresó Renzi y dejó la incógnita de si se va para siempre o para preparar el regreso.
Italia tendrá que buscar ahora a su jefe de Gobierno número 64 en solo siete décadas.