Se aceleró el declive del suelo en gran parte de Holanda
Un nuevo mapa digital de la Universidad Técnica de Delft muestra un proceso de deterioro ambiental en los Países Bajos que, según la Agencia de Evaluación Medioambiental de ese país, costará 22.000 millones de euros para 2050.
El declive del suelo en gran parte de Holanda solía compensarse con la arena y arcilla depositadas durante las inundaciones por los grandes ríos que la atraviesan, en particular el Rin, Mosa y Escalda. Sin embargo, por la construcción de diques que se remontan a la Edad Media, los ríos ya no se desbordan con periodicidad.
Los veranos muy calurosos de los últimos años han acelerado el hundimiento del terreno, y en zonas donde predomina la turba —el carbón formado por la descomposición de vegetales— el proceso es irreversible.
También ha influido la extracción de gas natural, del que Holanda tiene uno de los mayores yacimientos del mundo en la provincia de Groningen, al noreste del país. Obtenerlo provoca seísmos (unos 400 desde finales de los años 80) de hasta 4,5 grados, según los sismólogos.
Holanda es un delta desde el punto de vista geográfico y su suelo se hunde a mayor velocidad de lo esperado debido a la acción humana y al cambio climático.
El nuevo mapa digital del suelo holandés, presentado por el Centro de Geodesia y Geoinformática del país, puntea en rojo las zonas donde se hunde el pavimento al ritmo de cinco milímetros anuales. El amarillo es para las que caen un milímetro al año, y el azul —excepcional y sobre todo al sur del país— para la tierra que sube porque el agua bombeada por la minería vuelve al fondo.
De no tomarse medidas con prontitud, los investigadores señalan que el hundimiento del suelo de los Países Bajos puede superar los 50 centímetros en los próximos 50 años.
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