El G-20 promete contener el calentamiento a 1,5 grados

La negociación en materia de cambio climático resultó ser la parte más sensible de la agenda de la cumbre del G-20 celebrada este fin de semana en Roma, Italia, en la previa de otro encuentro muy esperado que ya comenzó a desarrollarse en Escocia: la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) de Glasgow.

Según señala el comunicado final dado a conocer este domingo por el G-20, los jefes de Estado del grupo que representa el 80% del producto interior bruto del planeta y un 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero, han alcanzado un acuerdo por el que manifestaron su disposición a hacer esfuerzos para contener el calentamiento global a 1,5 grados por encima del nivel preindustrial.

 

Singapore’s Prime Minister Lee Hsien Loong, International Monetary Fund (FMI) Managing director, Kristalina Georgieva, Director General, World Health Organization (WHO), Tedros Adhanom Ghebreyesus, Spanish Prime Minister Pedro Sanchez, Indian Prime Minister Narendra Modi, Australian Prime Minister Scott Morrison, German Chancellor Angela Merkel, Italian Prime Minister Mario Draghi, French President Emmanuel Macron, British Prime Minister Boris Johnson, Director general, Food and Agriculture Organization (FAO), Qu Dongyu, President of the European Council Charles Michel, and Japan’s senior deputy foreign minister for economic affairs, Hiroshi Suzuki, en la fuente de Trevi en Roma. (Foto Andreas SOLARO / AFP)

 

La palabra de Alberto Fernández en el G-20

Durante su exposición en la cumbre, el presidente argentino Alberto Fernández insistió en la prioridad de “avanzar en acuerdos sostenibles en materia de deuda externa” e “identificar los avances en tecnologías limpias como bienes públicos globales”.

“Sin multilateralismo ambiental estaremos corriendo todos hacia el abismo”, advirtió Fernández y en esa línea agregó: “La justicia ambiental requiere justicia financiera global. Son los países desarrollados quienes más se beneficiaron del uso intensivo de los recursos ambientales del planeta durante los últimos siglos”, sumó el mandatario sudamericano.


“Los países que produjeron la mayor huella ambiental son los mismos que dominan las tecnologías que pueden reducir el impacto de la producción sobre el medio ambiente y esa transición tendrá sobre ellos un efecto positivo, no solo en materia ambiental, sino sobre la producción y el empleo”, subrayó Fernández a continuación.

En ese tramo el titular del Ejecutivo argentino afirmó: “El desafío es enorme para los países en desarrollo y de renta media, como el que yo represento. Para nosotros el impacto de esta transición puede ser negativo en términos de cohesión social”, completó Fernández.

 

 

Al hacer referencia a la acción climática y ambiental llevada adelante en  la Argentina, el mandatario aseguró que “ocupa un lugar central en las políticas públicas” y en ese sentido puntualizó que se elevó la contribución determinada en el rubro un 27,7 por ciento respecto a la de 2016, dos puntos adicionales a la ya presentada en 2020.

“Se trata de un esfuerzo considerable y consistente con la meta de 1,5° grados centígrados y con la neutralidad de carbono al 2050”, agregó Fernández, quien tras su paso por la capital italiana se dirigirá a la ciudad escocesa de Glasgow, donde durante lunes y martes participará de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26).

 

La cumbre internacional para analizar el clima del planeta se realiza este año en Gran Bretaña.

 

El pacto del G-20 no contiene sin embargo compromisos fijos como para revertir significativamente las tendencias y acercarse a la meta dispuesta, aunque da un paso luego de que sus países miembros declararán que dejarán de financiar plantas de carbón en el exterior.

En ese sentido el documento contiene una promesa de acelerar los esfuerzos para eliminar y racionalizar subsidios a combustibles fósiles; reafirma la “importancia” de cumplir con el acuerdo para movilizar unos 100.000 millones de dólares anuales entre 2020 y 2025 para los países más vulnerables (que no se ha cumplido hasta ahora) y acelerar la transferencia de tecnología a esos países para facilitar su transición ecológica.



 

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