Pobreza infantil: 51% de los menores no accede a una canasta básica

Las cifras que publicó el Indec sobre la pobreza en Argentina muestran una mejora sostenida fundamentalmente en la fuerte recuperación de la actividad económica registrada tras la crisis del coronavirus.

Sin embargo, las estadísticas reflejan que aún no se han alcanzado los niveles de pobreza previos a la pandemia y dejan en evidencia que son muchos los problemas estructurales que abordar para reducir su incidencia de forma sostenida.


En el segundo semestre de 2021, la pobreza alcanzó al 37,3% de la población, una reducción de 4,7 puntos porcentuales en la comparación interanual, pero aún es superior a las cifras anteriores al inicio de la pandemia, en 1,8 puntos porcentuales.

A su vez, la pobreza infantil se mantuvo elevada: en el segundo semestre del 2020, el 57,7% de niños y niñas menores de 15 años se encontraba en situación de pobreza, mientras que en el mismo semestre de 2021 esta cifra fue de 51,4%.

Es decir: a pesar de la mejora, más de la mitad sigue sin poder alcanzar una canasta básica de bienes y servicios.

 

 

Panorama de la pobreza en Argentina para 2022

El incremento en la tasa de pobreza (medida por ingresos) tiende a suceder por dos razones principales: una pérdida del poder adquisitivo de los hogares (por ejemplo, por la inflación) o una pérdida absoluta de ingresos laborales que deriva de una caída en el empleo.

En ese sentido, si bien el nivel de empleo registró una recuperación significativa, la reciente aceleración en el aumento generalizado de los precios –particularmente en alimentos– lleva a que, muy probablemente, muchas personas no logren salir de la pobreza a pesar de tener un trabajo. 

La mejora macroeconómica no puede redundar por sí sola en una solución de fondo. En los últimos 30 años, aun con períodos de crecimiento económico notorio y un aumento del poder adquisitivo de los hogares, la pobreza no logró bajar del 25% de la población.



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