La historia del avión Skyvan, usado por la dictadura para los vuelos de la muerte
Este lunes se concretó la repatriación a la Argentina después de casi tres décadas fuera del país del avión Skyvan, usado por la dictadura para los denominados vuelos de la muerte y localizado en Estados Unidos gracias a una investigación periodística.
El avión militar será trasladado a la antigua Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA), donde funcionó el mayor centro clandestino de detención del régimen que instauró el horror en la Argentina a fines de la década de 1970.
La dictadura y los vuelos de la muerte
En la noche del 14 de diciembre de 1977, las Madres de Plaza de Mayo Azucena Villaflor, Esther Ballestrino de Careaga y María Eugenia Ponce de Bianco fueron arrojadas vivas al mar desde el avión militar Skyvan PA-51 después de haber pasado casi una semana secuestradas en la ESMA.
La feroz dictadura argentina que primero desapareció a sus hijos, después secuestró a esas madres que los buscaban, las torturó e intentó deshacerse de sus cuerpos en uno de los vuelos de la muerte.
Junto a ellas, esa noche también resultaron asesinadas las monjas francesas Alice Domon y Leonie Duquet y otras siete víctimas.
Las 12 víctimas del núcleo fundacional de Madres de Plaza de Mayo juntaban fondos a las puertas de una iglesia para pagar un anuncio con los nombres de 804 desaparecidos. El capitán de la Armada, Alfredo Astiz, se hizo pasar por hermano de un desaparecido y se ganó la confianza de las mujeres para luego marcar a los militares las mujeres que tenían que ser secuestradas.
El mar no se tragó los cuerpos sino que los arrastró hasta la costa de Santa Teresita, casi 350 kilómetros al sur de Buenos Aires.
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Cerca de 200 vuelos nocturnos de 1976 a 1978
Un informe forense señaló que tenían fracturas compatibles con caída de altura, pero no se abrió una investigación.
Los cuerpos enterrados como NN (cadáveres sin identificar) en un cementerio local, así permanecieron hasta 2005, cuando el Equipo Argentino de Antropología Forense, exhumó los restos y les devolvió su identidad.
Sus familiares, que en ese momento pudieron completar el duelo, son quienes impulsaron la compra del Skyvan, realizada por el Ministerio de Economía argentino.
Según las planillas de vuelo de Prefectura, los vuelos de la muerte tenían lugar de noche y duraban entre dos horas y media y tres. Los Skyvan realizaron cerca de 200 vuelos nocturnos entre 1976 y 1978. El del 14 de diciembre de 1977 despegó desde el aeroparque Jorge Newbery de Buenos Aires, situado frente al Río de la Plata. El avión aterrizó el sábado en el mismo lugar. Su recuperación cierra el círculo de una de las páginas más oscuras de la historia argentina.
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La historia del avión Skyvan
El Skyvan llegó al Aeroparque Jorge Newbery de la ciudad de Buenos Aires y quedó estacionado en el sector militar.
La periodista de investigación Miriam Lewin junto al fotógrafo italiano Giancarlo Ceraudo, localizaron a la aeronave hace quince años en Fort Lauderdale, en Florida.
En ese momento formaba parte de la flota de una empresa postal estadounidense.
Ceraudo recorrió su interior y fotografió la funesta placa que conservaba en la compuerta trasera: “Operación de puerta trasera. No debe ser abierta durante el vuelo excepto órdenes del capitán”.
El mecanismo para activarla estaba en el lado del copiloto, una de las evidencias presentadas ante la Justicia, que en 2017 condenó a cadena perpetua a los dos pilotos de ese vuelo, Mario Daniel Arru y Alejandro Domingo D’Agostino.
Lewin, superviviente de la ESMA, cree que la presencia del avión será clave para las nuevas generaciones, quienes no vivieron en primera persona el régimen.
El avión Skyvan PA-51 utilizado en los vuelos de la muerte por la dictadura militar en Argentina. (Fotos Télam)
Contra el negacionismo
Las hijas de Villaflor y Ballestrini participaron este lunes del acto oficial de recuperación del Skyvan encabezado por Cristina Fernández, vicepresidenta argentina.
“Resulta increíble que haya quien niegue lo que ha pasado”, dijo CFK durante su discurso, en el que se mostró a favor de impulsar una ley contra el negacionismo similar a la que rige en Alemania respecto a los crímenes del nazismo.
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