Un bebé debería ser amantado antes de que pase una hora tras el parto
Así lo define una investigación que revisó la relación existente entre el tiempo que se tarda en iniciar la lactancia materna y el riesgo de morbilidad y mortalidad infantil.
El estudio publicado en la revista PLoS One y difundido por el diario El País de España, fue realizado por la doctora Emily R. Smith (Harvard T.H. Chan School of Public Health), sobre 136.047 bebés amamantados y los investigadores llegaron a tres grandes conclusiones:
- En comparación con los lactantes que iniciaron la lactancia materna ≤ 1 hora después del nacimiento, los lactantes que iniciaron la lactancia materna 2-23 horas después del parto tuvieron un riesgo 33% mayor de mortalidad neonatal.
- Los lactantes que iniciaron la lactancia materna ≥24 horas después del nacimiento presentaron un riesgo 2,19 veces mayor de mortalidad neonatal.
- Entre el subgrupo de lactantes amamantados exclusivamente en el período neonatal, los que iniciaron la lactancia materna ≥ 24 horas después del nacimiento tuvieron un 85% más de riesgo de mortalidad neonatal en comparación con los lactantes que iniciaron la lactancia <24 horas después del nacimiento.
Los autores señalaron además que el inicio temprano de la lactancia materna expone al lactante al calostro materno, que puede disminuir el riesgo de translocación microbiana, acelerar la maduración intestinal y promover tanto la resistencia a las infecciones como la recuperación epitelial tras ellas. Por si fuera poco, también lograría reducir una hipotermia.
Así pues, resulta vital que la lactancia materna empiece, siempre que sea posible (puede haber urgencias que lo impidan), dentro de la primera hora tras el nacimiento del bebé. No es algo novedoso, dado que se trata de una recomendación que coincide con las directrices de entidades como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
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