La NASA detecta una asimetría en la radicación solar de los hemisferios

A partir de una recopilación de datos de los últimos 24 años, los satélites de la NASA han detectado una asimetría en los hemisferios y comprobaron que el planeta Tierra rebota menos radiación solar de la que devolvía en el pasado. En el marco de la investigación, los especialistas también han advertido que la región norte se oscurece más que al sur del ecuador.

De confirmarse los resultados de esta investigación publicada en la revista PNAS y difundida en artículo del diario El País de España, se rompería la simetría que existía entre ambos hemisferios.

En consecuencia el fenómeno podría tener un impacto de gran alcance en el sistema climático terrestre, que se apoya en la redistribución de las diferencias de calor o energía que alimentan la circulación atmosférica y oceánica.

 

¿Dónde se encuentra el agua dulce de la Tierra?

 

Por la asimetría, la NASA pone la lupa en los rayos del sol que llegan a la Tierra

A las capas altas de la atmósfera de cada hemisferio, llega la misma cantidad de rayos de sol de promedio anual. En 1971, con los datos de la primera generación de satélites, se supo que un tercio de esta radiación incidente es rebotada por las nubes, aerosoles y la propia superficie (más por hielo, que por el agua y la tierra). Es lo que se conoce como efecto albedo. La mitad la absorbe esta misma superficie, en especial los océanos. Y el resto lo atrapa la atmósfera.

En ese entonces también se vio que ambos hemisferios tenían el mismo albedo y eso desconcertó a los científicos: en el norte hay más masa continental que en el sur, donde domina el agua, por lo que este debería atrapar más radiación.

Después de eso se concluyó que otros factores, como las nubes, la mayor contaminación atmosférica, un posible diferencial de vapor de agua, igualarían la situación registrada en el norte y en el sur. Ahora, ese equilibrio se estaría rompiendo y los astrónomos entienden que el hemisferio norte desde hace unos años se está oscureciendo.

 

 

Proyecto CERES

El proyecto CERES, lanzado a comienzos de siglo por administración espacial estadounidense, se basa en un instrumento que registra tanto la radiación incidente como la porción que rebota la atmósfera o la que despide la superficie en forma de calor. Según los datos de CERES, desplegado ya en una decena de satélites, el efecto albedo está menguando en ambos hemisferios, pero en el norte el oscurecimiento es más profundo y acelerado.

“Es el resultado de cambios en las concentraciones de aerosoles, la cobertura de nieve y hielo, y la cantidad de vapor de agua”, dice Norman Loeb, del centro de investigación de Langley de la NASA y coautor del estudio.

 

La menor cantidad de luz solar reflejada al espacio, mostrada en azul, ocurre en áreas oceánicas despejadas.

 

Varían los límites entre las capas de la atmósfera

Durante los siglos XIX y XX, los países del norte, protagonistas de la revolución industrial, la urbanización y la revolución de los transportes, emitieron ingentes cantidades de partículas a la atmósfera. Entre los cambios que destaca el científico de la NASA para entender la actual asimetría entre los hemisferios, figura “el aumento del derretimiento de nieve y hielo, que fue más rápido en el norte de la Tierra que en el sur”.

Por varias razones y procesos, el deshielo es más profundo en el Ártico. El hielo marino derretido pierde doblemente albedo: deja de reflejar la radiación solar que, su sustituto, el agua del mar, captura. La Antártida también pierde hielo, pero a un ritmo mucho menor y el gran continente helado sigue conservando el mismo albedo.

El resultado de estas observaciones es un desequilibrio en el balance de la radiación terrestre. Hasta la era CERES, el hemisferio sur ganaba energía en las capas superiores de la atmósfera, mientras que se producía una pérdida neta en el norte. Los científicos mantenían que el diferencial lo compensaban la circulación oceánica (las grandes corrientes marinas) y la atmosférica. Aquí las nubes jugaban un papel clave en favor del equilibrio que se estaría rompiendo en los años más recientes: en los cinco primeros años, con datos de CERES, el sur seguía capturando más radiación, con un extra de 0,20 vatios por metro cuadrado y década (W/m²). Pero desde 2020, se ha invertido, el norte captura ahora 0.54 W/m² más cada década. Así que el calentamiento, aunque global, es mayor en el norte.

 

 

El porvenir de clima

Aunque habrá que esperar décadas para ver si la asimetría registrada por la NASA entre los hemisferios de la Tierra es capaz de reajustarse y recuperar el equilibrio del albedo, Loeb cree que “esto afectará a la circulación general de la atmósfera y el clima regional”.

Ya se han observado cambios en las precipitaciones, un frenazo en la circulación de la principal corriente oceánica y hasta un desplazamiento hacia el norte de la llamada zona de convergencia intertropical, una franja en torno al ecuador donde convergen los vientos alisios de ambos hemisferios.

Según expertos en la radiación a la atmósfera y las interacciones entre esta, la nubosidad y los aerosoles, este fenómeno se trata, probablemente, de un síntoma más del cambio climático, que afecta a la circulación global y podría romper la simetría en el albedo.




 

Lo más visto