El uso frecuente del GPS afecta la memoria y el sentido de la orientación

Una investigación  publicada en la revista Scientific Reports reveló que el uso frecuente del GPS está afectando el funcionamiento adecuado del hipocampo, la zona del cerebro encargada de la memoria y del sentido de la orientación.

Mar González Franco, coautora del estudio y una de las líderes de investigación neurocientífica de Microsoft, fue entrevistada por el diario El País de España. Al respecto del estudio, afirmó que si las personas usan mucho el GPS van perdiendo poco a poco la capacidad de crear mapas mentales.


Eso disminuye sus habilidades de orientación y deteriora la producción de recuerdos.

La investigación considera por igual las consecuencias que genera Google Maps, Waze o cualquier otra aplicación de geolocalización convencional. Sostiene además que las mismas están reemplazando el trabajo que durante miles de años había hecho el ser humano para ubicarse por sí mismo.

Antes del uso masivo y frecuente del GPS nuestros cerebros podían generar mapas detallados del entorno a través de la exploración activa, una habilidad evolutiva que ahora está en riesgo.

En el artículo de Scientific Reports, los investigadores reconocen que si bien la navegación tradicional de indicaciones paso a paso es eficaz en su capacidad de llevar a las personas a una ubicación deseada, esta forma pasiva no apoya el aprendizaje espacial “y tiene un impacto perjudicial en las habilidades de navegación y cognición de los seres humanos”.

 

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Otro estudio publicado hace unas semanas en la revista especializada Transportation Research Interdisciplinary Perspectives y también divulgado por el citado medio español compara el desempeño de conductores que usaron Google Maps para llegar a un sitio y conductores que usaron un mapa de papel convencional para alcanzar el mismo destino. Los resultados reforzaron la idea: las puntuaciones de conocimiento espacial de los conductores asistidos por los mapas antiguos fueron mucho más altas en orientación, reconocimiento de rutas y de puntos de referencia frente a los conductores que usaron la aplicación.

Son varias más las investigaciones que hay vinculadas al tema: en la University College de Londres han demostrado incluso que, antes del auge del GPS, el hipocampo de los taxistas de la capital inglesa iba creciendo a medida que memorizaban calles y direcciones de la ciudad en el ejercicio de su profesión. Según los estudios, los taxistas tenían el hipocampo más grande que el resto de la población como consecuencia de su cartografía espacial intensiva y de su experiencia multisensorial de la ciudad.


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