La rentabilidad turística bajo la lupa: una caída que preocupa
Con el período otoño-invierno en pleno desarrollo, las preocupaciones que aquejan a diversas prestadores turísticos de la costa atlántica bonaerense se intensifican. Las advertencias llevan ya tiempo y las definiciones son claras: “Las temporadas bajas son cada vez más largas y más bajas”.
La definición corre por cuenta y orden de Víctor Borgia, uno de los referentes de la Unión del Comercio y la Industria de Villa Gesell. En diálogo con Telégrafo, este empresario hotelero de la zona de Mar de las Pampas separa rápidamente los tantos al ser consultado sobre las complicaciones que atraviesa el sector en estos tiempos: “Está todo un poquito más que complicado”, aseveró.
“Llamativamente la actividad está muy paralizada. Sabemos que por ser un destino en el que básicamente todos nos movemos en verano, esta época es compleja. Pero esto se profundizó, porque diría que en relación a los últimos tres veranos, hay una marcada diferencia con los veranos anteriores y a su vez las temporadas bajas son cada vez más largas y más bajas”, define Borgia, al tomar en cuenta la actividad en un formato anual durante la última media década.
Más allá de los análisis sobre las consecuencias, para el vocal de la UCI también es importante hacer foco en analizar las causas. “La rentabilidad, que es el punto de inflexión, es lo que más preocupa en el sector”, afirmó.
“En octubre del año pasado tuve la oportunidad de participar en un encuentro de la Red Federal de Municipios Turísticos, al que fuí como representante de los prestadores turísticos de Villa Gesell. Hablamos mucho de los números de ocupación, pero también se planteó el tema de los números de la rentabilidad. Por ejemplo, este último verano en Mar de las Pampas, tuvimos números de ocupación muy parecidos al año pasado o incluso un poco mejores. Pero por el contrario resultó muy marcada la baja de la rentabilidad. A la columna de la ocupación, hay que apuntalarla”, señaló Borgia.
Con la devaluación del peso en pleno crecimiento, desde la UCI están expectantes respecto al porvenir. “Ahora arrancas una temporada muy baja, con el mundial suele pararse todo. Y nos hace ruido el futuro, no sabemos como repercutirá, si se beneficiará el turismo interno. Lo que sucede es que por decantación, luego vendrán ajustes en las tarifas, que se irán más arriba. Y ahí volveremos a lo mismo en cuanto a la rentabilidad. Está claro que lo que nos está pegando fuerte, son los gastos”, describió el también secretario de la Asociación de Hoteles Turísticos (AHT) en Mar de las Pampas.
En esa línea, Borgia agregó: “Un hotel paga impuestos de rentas como si fuese una mansión de lujo. Y desde el sector estatal nacional o provincial hay una falta de compromiso. A menos de un mes de las vacaciones de invierno no existe ninguna campaña para que la gente venga a la costa atlántica. Si a todo esto no le ponés fichas y si tampoco se generan beneficios impositivos, es difícil”, sentenció.
Consultado por la situación de los comercios, el dirigente geselino trazó un panorama desalentador: “Los más pequeños son los más complicados que están, se les corta la cadena de pago, no hay liquidez, las tasas están altas, gastos altos con ingresos muy bajos. El otro día charlaba con una dietética, se la notaba en la reposición de mercadería que la situación le era complicada. Un kilo de porotos especiales está a $160, similar a un kilo de carne”, concluyó.
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