Vecinos del exbarrio Foecyt de Villa Gesell tienen casa propia: un sueño que costó pero llegó

Sonia y Miguel aún no pueden creerlo, Laura y su hija Florencia tampoco: después de mucho tiempo, al fin pueden cumplir el sueño de dejar de alquilar y tener una casa propia. Hace más de treinta años habían adquirido sus terrenos en el barrio ex Foecyt de Villa Gesell pero las idas y vueltas de los políticos fueron infinitas y recién el mes pasado el gobernador Axel Kicillof les entregó las llaves

La pareja formó parte del grupo de vecinos que encabezó la lucha desde el inicio y fue la primera en subir al escenario en el acto que se llevó adelante el viernes 22 de septiembre en el espacio que ahora lleva el nombre de ‘Asociación Villa Gesell’. Luego, fue el turno de otras 53 familias.




Del total de 142 viviendas proyectadas en 1984 cuando se inició esta historia, solo 40 se habían terminado y tras la finalización de las nuevas obras, sólo quedan unas 48 con promesas de concluirse en el próximo verano.

“Miguel no tenía canas”, se ríe Sonia y recuerda el día en que salieron sorteados y se convirtieron en adjudicatarios de uno de los terrenos ubicados en Circunvalación y paseo 123.

 

Sonia y Miguel toman mates en el frente su casa. (Fotos Ricardo Stinco)

 

El sueño de la casa propia se hizo realidad

Su casa es la número 33. Por casi cuatro décadas las paredes de su casa y las demás permanecieron sin impermeabilizantes, en muchos casos quebradas y con humedad; los techos rotos, perdidos o robados, las aberturas y puertas sin colocar. Sin embargo, la transformación fue casi mágica desde que las obras se reactivaron a principios de este año luego de que en 2022 el gobierno municipal firmara un acuerdo con la provincia para ceder los terrenos.

“Estamos tan agradecidos”, repite Sonia más de una vez en la charla con Telégrafo. Su gratitud con la gestión del intendente Gustavo Barrera se suma al accionar del ministro de Hábitat y Desarrollo Urbano, Agustín Simone, y de todos los que aceleraron el proceso que llevaba tanto tiempo frenado.

 

Kicillof recorrió obras y entregó 54 viviendas a familias de Villa Gesell

 

La felicidad no les entra en el cuerpo. Para Miguel y Sonia los detalles dicen mucho y dan cuenta de la “buena voluntad” del gobierno actual.

“Nos pusieron timbre y hasta la grifería del baño es cromada”, cuentan. El aroma a pintura fresca, los techos de madera impecables y los pisos brillosos reciben a todo el que entra.

 

 

El plan de cuotas: Pagamos menos que un alquiler

Aunque el camino fue largo, hoy todo es celebración entre los vecinos que nunca dejaron de luchar por aquello que les pertenecía por derecho. “Ahora hay que mirar para adelante”, dice Sonia. Con un plan de 120 cuotas, en diez años las casas serán completamente de cada uno de los vecinos. “Pagamos menos que un alquiler”, celebran sin poder creerlo todavía. Las cuotas son de unos $29 mil en la actualidad y aumentan un 10% cada tres meses, menos que la inflación. 

Para completar su felicidad, Sonia y Miguel de 66 y 71 años van a casarse. “Empezamos de atrás para adelante, primero la casa, después el matrimonio”, se ríen.

 

Los vecinos, de a poco, empiezan a llevar sus pertenencias y a transformar cada una de las casas en sus hogares. (Fotos Ricardo Stinco)

 

La casa propia que se transforma en hogar

Laura es otra de las vecinas que desde el mes pasado tiene casa propia después de haberla esperado por más de 35 años. 

Una de las habitaciones será para ella, la otra para cuando sus nietas Emilia y Ámbar vayan a visitarla. Todas están “súpercontentas”. Porque aunque la espera pareció eterna, deciden quedarse hoy con la parte positiva de la cuestión. 

Su vivienda es la 35 y como Sonia y Miguel, Laura formó parte del grupo de auto-convocados que invirtió tantos fines de semana en mantener el pasto cortado, los árboles podados y la basura que otros dejaban alejada de los cimientos que algún día se convertirían en sus hogares. 

 

Laura y su nieta Emilia, felices en el interior de su casa. (Fotos Ricardo Stinco)

 

Elegimos confiar

Su cuñado y su marido, ya fallecidos, fueron pilares fundamentales de la lucha. Gracias a su accionar, se pudo ingresar la documentación de las primeras viviendas durante la presidencia de Néstor Kirchner. 

Con una mezcla de sensaciones fuertes y extrañando las ausencias Laura cuenta que cuando el año pasado los terrenos fueron cedidos a la provincia y las promesas esta vez parecían ciertas, eligió creer. Su entorno era un poco más reticente.

 

 

“Yo confié en Barrera y no me equivoqué”, le dice a Telégrafo desde el patio donde planea poner juegos con sus nietas. 

El aroma a palo santo y sahumerios que eligió particularmente para la inauguración, hacen que la casa de Laura ya se empiece a sentir como un hogar. “Estamos esperando que nos pongan la electricidad y nos mudamos”, concluye.




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