25 años: no se olviden de Cabezas

Este martes se cumplieron 25 años del asesinato de José Luis Cabezas, el reportero gráfico de la Revista Noticias que fue ultimado en una cava entre Madariaga y Pinamar. Aunque los autores materiales del crimen fueron juzgados, actualmente ninguno se encuentra en prisión.

La impunidad y lo atroz del hecho mantienen viva la memoria de Cabezas y el pedido de justicia que se renueva año a año. Así se hizo sentir en Pinamar, en el marco del primero de los actos programados para la fecha.




Hasta el monolito erigido frente a la terminal de ómnibus se acercaron para rendir homenaje la hermana de Cabezas, Gladys, junto a Gabriel Michi -compañero del reportero- y el intendente Martín Yeza, y el secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (Suterh) y coordinador general del Grupo Octubre, Víctor Santa María, entre otros.

Al hacer uso de la palabra, Gladys aseguró que no ve a José Luis como un ícono “sino como mi hermano, el tipo que laburaba”. “Estoy orgullosa por lo que era, era un tipo bueno”, recalcó. 

 

Gladys Cabezas, en un nuevo aniversario del crimen del reportero gráfico (Fotos Ricardo Stinco).

 

Luego hizo hincapié en la causa y en que ninguno de los responsables cumplió la condena. En este sentido, apuntó particularmente a Gustavo Prellezo, el policía bonaerense que realizó los disparos y goza del beneficio de libertad condicional desde 2017.

“Tiene una condena hasta el 2022 (diciembre) y tiene una matrícula de abogado, que aunque se le revocó, siguió ejerciendo. Pedimos que revean el caso. Prellezo es un psicópata, no tiene conducta, nos hizo una denuncia diciendo que no lo dejamos trabajar”, sentenció. 

Al cerrar, señaló que “para que se termine la impunidad tenemos que luchar entre todos. Basta de impunidad”.

 

Gabriel Michi, compañero de Cabezas, recordó al reportero gráfico (Fotos Ricardo Stinco).

 

El crimen

El año 1997 había comenzado apenas hacía 25 días. La conmoción sacudió a un país entero, no se trató solo de un crimen, sino de un ataque cruel y certero a la libertad de prensa, de expresión y a la democracia toda.

El reportero gráfico y su compañero Gabriel Michi estaban enfrascados en una tarea de investigación periodística para la Revista Noticias. Además de desnudar el imperio que manejaba el poderoso empresario, buscaban lo que nadie había logrado: una foto del empresario Alfredo Yabrán.

 

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La consiguieron tras un arduo trabajo y allí comenzaron las amenazas. Todo un aparato policial, en connivencia con un grupo de delincuentes comunes, se puso en movimiento bajo las órdenes del empresario -según pudo reconstruir la Justicia, aunque nunca juzgarlo- para amedrentar a los reporteros en principio, y para silenciarlos definitivamente después.

En la madrugada del 25 de enero de 1997, José Luis Cabezas fue secuestrado y llevado a una cava a 13 kilómetros de la ciudad de Pinamar. Esposado y de rodillas, le pegaron dos tiros en la cabeza para luego incendiar el auto con su cuerpo en el interior.

Los policías Sergio Camaratta, Aníbal Luna y Gustavo Prellezo fueron condenados a prisión perpetua, al igual que los integrantes de Los Horneros, Sergio González, Horacio Braga, José Auge y Héctor Retana. Camaratta y Retana han muerto, y el resto de los acusados y condenados por el atroz crimen se encuentran hoy en libertad.

La historia de Yabrán es conocida: se suicidó en mayo de 1998 en una estancia de Entre Ríos y su muerte impidió comparecer ante la Justicia investigado como el autor intelectual del asesinato de Cabezas


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