Argentina tiene la tasa de interés más alta del mundo

El Banco Central de la República Argentina logró el viernes detener la caída del peso, pero a un costo alto: la autoridad monetaria pagó tasas de hasta 60% a los bancos compradores de Letras de Liquidez (Leliq), la herramienta que usa desde el año pasado para reducir la disponibilidad de pesos y, en consecuencia, la presión sobre el mercado cambiario.

La tasa promedio cerró a 58%, seis puntos más que el jueves. La suba fue algo inevitable luego de que el peso perdiera 4% de su valor frente al dólar y acumulara 11 puntos desde enero.

La devaluación de la moneda argentina, que en 2018 fue la más profunda de su historia, volvió a ubicarse días atrás como una de las divisas más débiles del mundo: le sigue en la lista a la de peor desempeño en todo el planeta, el lei rumano.

El jueves, los argentinos debían pagar por cada dólar 43,5 pesos argentinos. El viernes, la cantidad necesaria había bajado hasta los 41,2 pesos.

Después de que Argentina se comprometiese ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) a respetar una banda de flotación de su moneda con un techo por cada dólar, la única opción que le queda al gobierno de Macri es apelar al mercado del dólar futuro o tocar la tasa de interés.

Así, cuando el mercado se recalienta, el prestamista de último recurso absorbe pesos a través de las Leliqs, bonos de vencimiento semanal que sólo pueden comprar los bancos. Sin embargo, para convencer a los bancos de que apuesten al peso y no al dólar, se debe pagar cada vez más, al punto que Argentina tiene hoy la tasa de interés más alta del mundo.

La contracara de la estrategia es la recesión. La economía argentina cayó 2,6% en 2018 y las expectativas para este año no son mejores. El FMI prevé para 2019 una retracción del 1,7%.

 

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