Una segunda oportunidad: tres lobos marinos volvieron al mar tras rehabilitarse

Tres lobos marinos juveniles de la especie Arctocephalus australis volvieron al mar en la playa norte de San Clemente del Tuyú tras su rehabilitación. La reinserción se dio luego de que completaran distintos procesos de recuperación en el centro de rescate de la Fundación Mundo Marino

Los ejemplares se hallaron en Pinamar, La Lucila del Mar y Las Toninas entre finales de octubre y comienzos de noviembre, con cuadros de debilidad que comprometían su salud.

 

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Los animales estaban en sus primeros viajes en busca de alimento, una etapa crítica para los juveniles. “La desnutrición y la deshidratación suelen aparecer juntas porque toda su hidratación proviene del alimento”, explicó Sergio Rodrigues Heredia, biólogo y responsable del Centro de Rescate. 

También señaló que, tras varios días sin lograr capturar presas, “se altera su equilibrio metabólico, disminuye la temperatura corporal y se compromete su estado general”.

Etapa vulnerable y presencia en la costa

Estudios sobre el lobo marino sudamericano muestran que la búsqueda de alimento depende de factores como la distancia recorrida mar adentro y las condiciones del mar. Para los animales jóvenes, que todavía desarrollan habilidades de caza, estas variables dificultan su supervivencia. Así, cuando pasan varios días sin alimentarse, pueden entrar rápidamente en estados de debilidad, desnutrición y deshidratación.

 

tres lobos marinos

Los tres lobos marinos volvieron al mar en las playas de San Clemente.

 

Investigaciones sobre la presencia de la especie en la costa argentina indican que estos lobos marinos -especialmente machos juveniles y subadultos- suelen utilizar playas y zonas rocosas para descansar fuera de la temporada de cría. Por eso es común encontrarlos en balnearios del partido de La Costa. 

Así, los especialistas recomiendan mantener distancia para no interrumpir ese comportamiento natural.

Los rescates en Pinamar, La Lucila y Las Toninas

El primer ejemplar, encontrado en Pinamar el 30 de octubre, presentaba debilidad general asociada a varios días sin alimentarse. En tanto el segundo, ubicado en La Lucila del Mar el 31 de octubre, ingresó con un cuadro más avanzado de desnutrición y deshidratación, evidenciado por pérdida de masa corporal y respuesta lenta a estímulos.

El tercero, hallado en Las Toninas el 3 de noviembre, llegó por una causa distinta: presión antrópica. En este caso, personas y mascotas se acercaron reiteradamente al animal mientras descansaba. 

Esa interacción indeseada lo obligó a entrar y salir del agua y a desplazarse sin poder recuperarse. Ante esa situación, el equipo decidió trasladarlo al centro de rescate para evaluación y tratamiento.

 

 

“Muchas veces los lobos marinos descansan en la playa porque lo necesitan. Es parte de su comportamiento natural”, detalló Rodrigues Heredia. También advirtió que, cuando la gente se acerca demasiado, el animal “interrumpe su descanso, se estresa y se ve obligado a moverse”. Ese gasto energético puede agravar su condición, sobre todo en ejemplares debilitados.

Recuperación y reinserción

Durante su estadía en el centro de rescate, los tres lobos marinos recibieron hidratación asistida, estabilización térmica, desparasitación y soporte nutricional. También fueron monitoreados a diario por el equipo veterinario. Cuando recuperaron peso, movilidad, temperatura adecuada y respuesta normal a estímulos, recibieron el alta para su reinserción en el mar.


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