Nora Ponce y el fraude con tarjetas Alimentar: “No corresponde que dé un paso al costado”

La funcionaria municipal de Pinamar que se encontraba a cargo de la distribución de tarjetas Alimentar, Nora Ponce, pasó por el Concejo Deliberante para dar explicaciones por el fraude detectado y descartó que vaya a renunciar. “No corresponde que dé un paso al costado”, sentenció ante la consulta de los concejales.

Desde que se destapó el escándalo por el desvío de unos 2 millones de pesos destinados a la asistencia alimentaria de familias vulnerables -por el que hay dos empleadas municipales detenidas-, los bloques de la oposición apuntan a las responsabilidades políticas del caso.

Para ahondar en estas cuestiones, ya se presentaron a dar explicaciones el secretario y subsecretaria de Desarrollo Social, Javier Tumas y Carolina Llamazares, y este jueves fue el turno de Ponce. Se intentó también interpelar al intendente Martín Yeza, pero el oficialismo lo impidió con su mayoría.

 

 

Cabe recordar que la funcionaria estuvo hasta el 1 de marzo a cargo de la dirección de Gestión y Coordinación Territorial, mientras que actualmente fue designada por el jefe comunal de Pinamar al frente de una nueva área del municipio.     

Además, Ponce es la denunciante de la causa que derivó en allanamientos en las oficinas municipales y la detención de seis personas, dos de ellas integrantes de la dirección a su cargo.


Así lo ratificó ante los concejales durante el encuentro de este jueves, cuando fue interpelada sobre el accionar de la cartera en el marco del operativo de distribución y resguardo de las tarjetas Alimentar.

Tras dar cuenta de cómo se desarrolló la entrega de los plásticos, Ponce sostuvo que debido a las restricciones de la pandemia, hubo gente que no pudo acercarse en las fechas previstas para hacerse con su tarjeta.

 

 

Ese remanente no fue devuelto, sino que quedó en la dirección a cargo de Ponce. “Mi función era entregar la mayor cantidad de tarjetas posible en una situación de pandemia en la que los recursos no alcanzaban. Durante todos los meses se intentó llegar a la mayor cantidad de titulares”, sostuvo Ponce. 

La funcionaria señaló que la primera irregularidad, con una única tarjeta, se detectó en noviembre cuando una beneficiaria se acercó hasta la oficina y desconocía cómo funcionaba.

La misma Ponce aseguró que hizo la consulta de saldo a través de la línea telefónica correspondiente y la respuesta no fue la esperada. De acuerdo a la funcionaria, no entregó ese plástico y comenzó con las consultas al ministerio y al banco Provincia por si se trataba de un error.


Las respuestas fueron que la tarjeta Alimentar tenía ese saldo porque había sido utilizada. “Respondo que era imposible porque la tarjeta no se había entregado”, precisó Ponce al describir el detonante de la denuncia.

Desde la misma dirección de Gestión y Coordinación Territorial se chequearon los saldos de otras tarjetas sin entregar, y en algunos casos también se detectaron irregularidades, según comentó su extitular.

En este punto fue que, siempre de acuerdo al relato de Ponce, acude al área legal del municipio para comunicar las irregularidades y su decisión de radicar una denuncia ante la fiscalía.

Control y uso de las tarjetas

Al momento de realizar preguntas, los concejales redundaron en consultar sobre los mecanismos de control interno e intentar dilucidar cómo fueron utilizadas las tarjetas, algo sobre lo que no hubo certezas.

Sobre el uso fraudulento de las tarjetas, Ponce aseguró desconocer cuál fue el mecanismo utilizado para cometer la maniobra, ya que no hubo faltante de tarjetas ni se notó, al menos a simple vista, que haya habido algún tipo de manipulación sobre los plásticos.

 

 

En cuanto al control municipal, lo que quedó en claro es que Ponce era la máxima responsable del operativo en torno a las tarjetas Alimentar y su resguardo, por lo que no hubo mayores intervenciones ni revisiones sobre lo actuado.

Puntualmente sobre el vínculo con las empleadas detenidas, Ponce se detuvo sobre una de ellas con la que trabajaba hacía seis años: “Se me cayó todo, no podía creer lo que me anoticiaba ni los nombres”, se lamentó.

“Trabajaba con un equipo, se supone que uno confía, sino no se puede trabajar. Jamás imaginé que una persona del equipo tuviese algo que ver”, enfatizó.

En tanto, cuando se le preguntó a Ponce si creía tener alguna responsabilidad política sobre lo sucedido y si barajaba una renuncia, la funcionaria lo descartó: “No corresponde que de un paso al costado, no cometí ningún ilícito en esta situación gravísima”.


Asimismo, agregó que trabaja para que desde el ministerio de Desarrollo Social se reponga el beneficio a los damnificados por el fraude. 

Por último, respecto al cambio de área que sufrió en el organigrama municipal, entendió que no guardaba relación con lo sucedido con las tarjetas Alimentar, sino que respondía a “poder llevar a cabo una dirección que brinde trabajo genuino porque Pinamar no dispone de estos programas (nacionales y provinciales) en su totalidad”.

 

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