La vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, ratificó este martes que no aspirará este año electoral a una candidatura. Lo hizo a través de una carta en la que repitió: “No voy a ser mascota del poder por ninguna candidatura”.
El texto de la expresidenta llegó minutos después del cierre del congreso del PJ nacional, en la que hubo una nueva arenga para que sea candidata a presidenta en este 2023. No obstante, la dirigente descartó esta posibilidad.
En una extensa misiva que se publicó en su sitio web y que Cristina compartió por Twitter, habló primero de la “insatisfacción democrática”.
“Una parte importante de la ciudadanía no se siente representada ni contenidas sus aspiraciones, en una democracia que se perdió en lo económico, degradó en lo social y ha comenzado a romperse en lo político e institucional”, sostuvo.
Deuda e inflación
La vicepresidenta marcó un punto de inflexión en el año 2016, cuando asumió Mauricio Macri y dio inicio “a un brutal nuevo ciclo de endeudamiento externo”. Señaló que el mismo culminó “con el retorno del Fondo Monetario Internacional a través de un préstamo insólito, inédito y político”.
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Luego siguió con la intervención del FMI en la economía argentina y la imposición de su programa económico. De acuerdo a CFK esto disparó “otra vez el proceso inflacionario sin control en la Argentina”.
“No es casual que ninguno de los dos Presidentes que aceptaron el programa del FMI conserve aptitud electoral”, enfatizó al referirse tanto a Macri como a Alberto Fernández.
En su análisis, Cristina aseguró que el rojo de la cuenta corriente del país y la escasez de dólares “siempre termina con la inflación descontrolada, corridas cambiarias contra la moneda nacional, devaluación y más inflación”.
“Así resulta imposible para cualquier gobierno administrar razonablemente la natural puja distributiva por el ingreso”, recalcó. También hizo hincapié en “las consecuencias catastróficas de la pandemia”.
Violencia política
El texto de la vicepresidenta continuó con el detalle de las crisis argentinas de “extrema gravedad” como las de 1989 con la hiperinflación y la caída de la convertibilidad en 2001.
En este sentido, aseguró que “en ninguno de estos momentos se puso en duda el Pacto Democrático plebiscitado en octubre de 1983, por el cual ni la violencia política sobre el adversario ni la proscripción electoral serían elementos del accionar político”.
“Hoy, los fantasmas del pasado han vuelto a la realidad política argentina. Durante el año 2022 vimos como la violencia verbal y simbólica que, desde hace años venía siendo implantada en la sociedad por los medios de comunicación hegemónicos, se materializó en la calle a través del accionar de grupos violentos que agredían, insultaban y amenazaban de muerte con bolsones mortuorios, guillotinas, antorchas, piedras y escraches”, recalcó luego.
A esto agregó que el objetivo de estos grupos “estaba absolutamente direccionado” contra “el peronismo o el kirchnerismo”. “La culminación de este accionar tuvo lugar aquel 1 de septiembre de 2022, frente a mi casa particular cuando (…) atentaron contra mi vida”, precisó.
Asimismo, observó que después del “magnicidio frustrado”, esos grupos “desaparecieron como por arte de magia”. “Esto confirma sin lugar a dudas, el carácter premeditado y carente de cualquier viso de espontaneidad de la violencia política”, entendió.
También afirmó que “eran fogoneados y financiados por la oposición y los medios de comunicación hegemónicos le garantizaban amplia cobertura mediática”.
Proscripción y candidatura
En este punto, la vicepresidenta hizo referencia a la condena e inhabilitación para ejercer cargos públicos que le dictó la justicia en la causa ‘Vialidad’. “Tiene una única traducción política y electoral: la proscripción”, sentenció.
Asimismo, sostuvo que no es solo hacia su persona, sino al peronismo. “La realidad una vez más lo confirmó”, aseguró al mencionar la suspensión de las elecciones en Tucumán y San Juan tras resultados favorables al oficialismo en otras provincias.
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Tras referirse a la situación de la Corte Suprema y lo que sucede en la comisión de juicio político, CFK subrayó que lo mismo que sucedió en Tucumán y San Juan “lo harán contra mi persona con el fin de evitar que el Peronismo pueda participar del proceso democrático, o bien debilitarlo, conduciéndonos a un callejón sin salida”.
“Ya lo dije el 6 de diciembre del 2022. No voy a ser mascota del poder por ninguna candidatura. He dado muestras, como nadie, de privilegiar el proyecto colectivo sobre la ubicación personal”, declaró.
A esto, agregó: “No voy a entrar en el juego perverso que nos imponen con fachada democrática para que esos mismos jueces, encaramados hoy en la Corte, dicten un fallo inhabilitándome o directamente sacándome cualquier candidatura que pueda ostentar, para dejar al Peronismo en absoluta fragilidad y debilidad frente a la contienda electoral”.
Sobre la desestimación de su candidatura, Cristina dijo que “no se trató de una decisión apresurada ni producto del momento, sino de una decisión razonada y pensada”.
“Los conozco, sé cómo piensan, cómo actúan y cómo van a actuar. Los he visto a lo largo de la historia y experimenté su juego en carne propia y de mi familia, con una persecución atada con precisión quirúrgica al calendario electoral”, resaltó.
Romper la trampa
Así, Cristina llamó a “ser inteligentes para salir de este laberinto y romper la trampa a la cual nos quieren llevar”. Aseguró que lo que se busca es “que tengamos una candidatura prohibida por el Partido Judicial”.
“Frente a una derecha cuya única propuesta es arrebatar derechos, el peronismo sigue siendo el espacio político que garantiza la defensa de los intereses del pueblo y de la Nación”, razonó.
Ante esta situación, la vicepresidenta consideró que resulta imprescindible “la construcción de un programa de gobierno que vuelva a enamorar a los argentinos y las argentinas”. “Un programa de gobierno que es necesario no sólo para el peronismo, sino para el sistema democrático en su conjunto”, insistió al concluir.