Hallan restos de pesticidas en campos en los que no se cultiva desde hace 20 años
Dos estudios diferentes realizados en zonas de Europa difundidos por el diario El País de España han hallado restos de plaguicidas en tierras sobre las que no se han aplicado esos compuestos químicos por un período que va de los 3 a los 20 años.
La problemática mundial en torno a los agroquímicos tiene su debate intenso también en la Argentina, donde son múltiples los cuestionamientos y reclamos en torno a la salud de la población y numerosas las pruebas del daño que genera su uso generalizado. Las discusiones se dan en el marco de la necesidad de mantener la capacidad de producción agropecuaria a partir de los niveles que exige la demanda.
Una de las investigaciones, liderada por Violette Geissen, del grupo de Física del Suelo y Gestión de la Tierra de la Universidad de Wageningen (Países Bajos), con colaboración española y portuguesa, ha analizado 340 tierras agrícolas (dedicadas a cultivar naranja, uva, patata y otros productos hortofrutícolas) de los países participantes durante un trienio y ha hallado residuos de entre 5 y 16 plaguicidas en el 70% de las muestras, incluidas las de aquellas tierras que habían abandonado el uso de compuestos químicos tres años antes del estudio.
En su estudio, publicado este mes en Enviromental Pollution y difundido por el diario El País de España, Geissen detalla que la “dependencia de los plaguicidas en los sistemas agrícolas de Europa para asegurar los rendimientos en la producción vegetal y la ganadería, suponen el uso de un promedio de 340.000 a 370.000 toneladas de sustancias activas anualmente”, según la estadística de la FAO.
“De las 487 sustancias activas aprobadas para su venta en la UE”, de acuerdo con la investigación, “casi la mitad son bioacumulativas [pueden conservarse en los organismos de seres vivos], el 25% son persistentes en el suelo más de 100 días y el 30% presenta una alta toxicidad acuática”.
El estudio que ha liderado Geissen asegura además que “la mayoría de los pesticidas se aplican durante la temporada de crecimiento de los cultivos, lo que resulta en un pico de residuos en los suelos durante este período. Sin embargo, pueden persistir mucho después de la aplicación y acumularse en el suelo a lo largo de los años”.
Esa persistencia es una explicación para que, aunque el mayor número de residuos por muestra (16) fueron hallados en el 70% de los suelos con explotaciones convencionales, en las tierras de agricultura orgánica se detectaron hasta un máximo de cinco residuos de plaguicidas.
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— Telégrafo (@telegraficos) May 23, 2021
Los hallazgos coinciden con otro estudio publicado por la American Chemical Society, de la Universidad de Zurich, con Judith Riedo como autora principal. En este trabajo, los investigadores midieron las características superficiales del suelo y las concentraciones de 46 pesticidas utilizados regularmente y sus productos de descomposición en muestras tomadas de 100 campos que se manejaron con prácticas convencionales o sin químicos. Los investigadores también encontraron residuos de pesticidas en todos los lugares, incluidas las explotaciones convertidas en orgánicas más de 20 años antes del estudio.
Según el resultado la investigación, “múltiples herbicidas y un fungicida permanecieron en el suelo superficial después de la conversión a explotaciones ecológicas, aunque el número total de productos químicos sintéticos y sus concentraciones disminuyeron significativamente cuanto más tiempo estuvieron los campos bajo ese tipo de gestión”.
Riedo aporta una explicación en su estudio: “Algunos de los pesticidas podrían haber contaminado los campos orgánicos al viajar a través del aire, el agua o el suelo desde los campos convencionales cercanos”. Esta presencia de compuestos químicos también afecta, según la investigación, a la presencia microbiana beneficiosa. “La presencia de estas sustancias puede disminuir la salud del suelo”, concluyen los investigadores.
La presencia de contaminantes orgánicos persistentes (COP) más allá de la tierra sigue siendo motivo de estudio. El último, difundido por el Instituto Karolinska de Suecia, un grupo de investigadores ha hallado en el tejido adiposo de 20 fetos fallecidos en el tercer trimestre de gestación entre 2015 y 2016 una quincena de estos compuestos.
Entre esas sustancias se encontraban el HCB (hexaclorobenceno), un pesticida que se usaba para proteger los cultivos alimentarios de los hongos; el DDE (diclorodifenildicloroetileno), insecticida utilizado a mediados del siglo XX y variantes de los PCB (policlorobifenilos), sustancias químicas que servían como aislantes en productos eléctricos. El estudio solo investigó la presencia y concentración de las sustancias químicas, pero no su relación con los posibles riesgos para la salud.
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