La compañía surcoreana ya había avisado que suspendía en todo el mundo las ventas del modelo original y las sustituciones de los teléfonos que debió realizar, al tiempo que llegó a pedir a los propietarios del artefacto que apaguen sus aparatos. Este martes, anunció de manera oficial que abandona definitivamente la producción de su última creación de alta gama.
La crisis desatada por los problemas de su batería, que han provocado que muchas unidades se incendien espontáneamente por sobrecalentamiento, ha generado una caída de la compañía en la bolsa, luego de perder de golpe un 8% de su valor en las últimas 24 horas.
El fiasco del Note 7 le está suponiendo al gigante asiático, primer fabricante mundial de móviles, un costo brutal en términos de imagen. El entierro de este móvil llamado a liderar el campo de las phablets, híbrido entre móvil y tableta, se ha consumado con este último comunicado al consumidor respecto al freno en la producción.
Samsung comenzó a vender el teléfono el pasado 19 de agosto, pero a principios de septiembre anunció una retirada sin precedentes tras informarse de más de treinte casos de incendio en diversos países. Desde el 10 de septiembre, la empresa había mantenido el silencio en su web. Un mes después, se concreta un auténtico mazazo para el fabricante que marcaba el paso en el universo Android.