Una de las destrezas que más se echa en falta en los candidatos que se presentan a ofertas de empleo, es la de la comunicación oral: la habilidad para persuadir e influir a terceros y la de elaborar discursos o presentaciones.
Ser buen orador, por cierto, no solo amplía las posibilidades de encontrar un empleo, también repercute en el expediente académico de cualquier persona.
Carles Lombarte, autor del libro Método Lombarte para hablar en público, cita seis puntos claves a tener en cuenta al momento de hablar en público que la periodista Ana Torres Menárguez reproduce en el diario El País de España.
Conocer el material
Es importante escoger algún tema que suscite interés e investigar sobre él tanto como se pueda. Estar muy informado ayudará a plantearlo con mayor seguridad. No significa que haya que emplear toda la información recopilada.
Ensayar el discurso
Hay que salir al escenario con el texto bien aprendido. No es necesario memorizarlo, pero si se quiere tener éxito, hay que ensayarlo. Con cuatro veces basta. Los tres primeros golpes son para hacer pruebas y el cuarto se hará unas horas antes de la ponencia. El ensayo se hará de un tirón.
Controlar tiempo de alocución
Se ha estimado en 21 minutos el tiempo que una persona atiende sin distraerse a una comunicación, así que conviene respetar el tiempo previsto de intervención.
Conocer a los oyentes
Si es posible, conocer a las personas que componen la audiencia es algo positivo. A medida que van llegando, presentarse y preguntarles algo para saber más sobre ellas permitirá establecer una mayor conexión.
Preparar un inicio y un final de impacto
El primer minuto es muy importante. Hay que crear un inicio que atrape y capte la atención del público. Y se debe contar, igualmente, con un final impactante. Está demostrado que el inicio y la despedida son los dos momentos que concitan una mayor atención del público.
Cuidar la comunicación no verbal
El psicólogo alemán Albert Mehrabian concluyó en los años 80 que, cuando comunicamos, el 93% del mensaje recae sobre la comunicación no verbal (55% lenguaje corporal y 38% paraverbal) mientras que solo el 7% son nuestras palabras.