Los grandes telescopios del mundo afectados por la contaminación lumínica

Un estudio desarrollado por investigadores de Chile, Italia y España publicado en la revista especializada de la Royal Astronomical Society británica, muestra que los telescopios de los principales observatorios del planeta se hallan afectados por la contaminación lumínica.

La investigación del brillo nocturno sobre el cielo pone en evidencia que solo siete de los 28 principales observatorios tienen un brillo en el cenit celeste por debajo del 1% del brillo natural del cielo.


Ese resplandor cenital (sobre la vertical del observatorio) es el principal parámetro de calidad del cielo nocturno.

Los investigadores utilizaron datos recogidos por los satélites durante su paso nocturno sobre el cielo de todos los observatorios con telescopios de al menos tres metros de diámetro.

Según revela el diario El País de España en un artículo al respecto de la problemática, los autores del estudio tuvieron en cuenta otros parámetros, como la media de brillo en toda la semiesfera celeste o la luz existente en los 30º por encima de la línea del horizonte.

Esta es la posición mínima en la que pueden operar la mayoría de los telescopios, que no pueden ver más abajo de ahí. El horizonte es también la zona donde más contaminación lumínica hay.

Contando únicamente con este parámetro, solo uno de los observatorios estaría libre de contaminación lumínica: se trata del ubicado en Namibia.

 

Contaminación lumínica: los impactos contra la astronomía que generan los satélites

 

Los grandes telescopios del mundo afectados por la contaminación lumínica

La contaminación lumínica es un concepto relativo en el que la referencia es el grado de oscuridad en un entorno natural.

Según detallan los especialistas, el de Namibia, el mejor puntuado, no es ni siquiera un observatorio profesional, sino uno que han montado astrónomos aficionados como atracción turística en una granja para huéspedes.

 

 

Entre los profesionales se destacan otros observatorios ubicados en el sur de África, perdidos en la selva amazónica y los del desierto de Atacama, en Chile.

Los tres que peor puntúan son los de Chapultepec (México), Púlkovo (Rusia) y el del Monte Wilson (EE UU).

Son observatorios que tienen más de un siglo y, entonces, su ubicación era ideal: fuera de las ciudades, pero no demasiado lejos. El problema es que los humanos no han dejado de expandirse y de aumentar sus luces.

Entre otra de las causas de este problema, hay además una fuente de contaminación a considerar: los satélites artificiales.


Lo más visto