Presentan el traje que los astronautas utilizarán en 2025 en su viaje a la Luna
La agencia espacial estadounidense NASA presentó esta semana el traje que utilizarán los astronautas que protagonizarán una nueva era de exploración de la Luna.
El viaje, pautado para dentro de dos años, lo harán una mujer y otra persona no blanca, quienes serán los primeros humanos en pisar el polo sur del satélite natural de la Tierra.
Los especialistas de la NASA prepararon trajes para que los astronautas puedan soportar en las zonas de luz más de 50 grados.
Del mismo modo la agencia espacial elaboró la indumentaria para las partes más sombrías donde la temperatura es de más de 200 grados bajo cero.
En la región a donde llegarán los astronautas el sol estará muy bajo en el horizonte y los bordes de los cráteres y las montañas proyectarán larguísimas sombras que ocultarán buena parte del terreno.
De acuerdo a los astrónomos, el territorio es hostil y completamente nuevo para los humanos, por lo que se requería un traje de astronauta totalmente renovado.
The next generation spacesuit. @NASA selected @Axiom_Space to develop the suits for the Artemis III mission to the lunar surface. The first prototype was revealed today during an event at Space Center Houston in Texas. https://t.co/qW96kLYIxl pic.twitter.com/icFDxv60IU
— NASA's Johnson Space Center (@NASA_Johnson) March 15, 2023
El nuevo traje de los astronautas
El nuevo traje se estrenará 50 años después de que los primeros astronautas pisen la Luna, dentro de una misión que lleva el nombre de Artemis 3 y que se lanzará en 2025.
La NASA produjo el traje junto a Axiom Space, la empresa que desarrollado las escafandras por un presupuesto de 228 millones de dólares.
La última vez que la NASA desarrolló trajes similares fue hace 40 años, para el programa de transbordadores espaciales, que funcionaron entre 1981 y 2011.
Aunque el traje presentado es negro con adornos naranjas, el que se verá en la Luna será blanco, según explicaron los responsables de Axiom.
Las escafandras de Axiom Space tuvieron un costo de 228 millones de dólares.
Un traje con autonomía para exploraciones de seis horas
Los nuevos trajes son auténticas naves espaciales individuales a las que se entra por una escotilla trasera y que incluyen todos los sistemas para mantener a los exploradores confortables y a salvo de las temperaturas, la radiación y el fino regolito lunar.
Unas potentes luces frontales permitirán que los astronautas puedan ver a su alrededor a pesar del contraluz mientras recorren el terreno y recogen hasta 100 kilos de rocas.
Esta nueva generación de trajes permitirá movimientos mucho más naturales que sus predecesores, explica la NASA, con lo que ya no veremos a los astronautas desplazándose a cómicos saltitos como hace medio siglo.
El traje sí sigue llevando un pañal que está ahí en caso de que los exploradores no puedan aguantarse durante las seis horas que durarán sus excursiones lunares. El casco lleva cámaras de vídeo, con lo que la humanidad verá por primera vez una exploración lunar en alta definición.
El mismo uniforme, con alguna modificación, servirá para realizar caminatas espaciales en la Estación Espacial Internacional, la futura estación lunar Gateway y, en un futuro más lejano, la exploración de Marte.
Sobre el polo sur de la Luna
En el polo sur de la Luna, territorio estratégico para la exploración, es probable que haya grandes cantidades de agua helada en las zonas de sombra perpetua donde nunca llega el sol.
El agua será esencial para sostener futuras colonias, fabricar combustible y ensayar todos los sistemas necesarios para cumplir el próximo gran sueño de la NASA y Europa: llevar astronautas a Marte.
A 50 años de ‘Apolo 17’, la última vez de los humanos en la Luna
El año pasado la agencia espacial estadounidense anunció los 13 posibles lugares del polo sur entre los que estará el lugar definitivo de aterrizaje en 2025.
Cada una de esas regiones mide aproximadamente 15 kilómetros de lado, y dentro de ellas, el sitio de aterrizaje se ubica con una precisión de 100 metros.
Todos los puntos están a unos seis grados del polo sur, son zonas elevadas y, por tanto, bien iluminadas, y están relativamente cerca de cráteres sombríos donde puede haber abundante hielo. China baraja algunos de estos lugares para enviar allí una misión robótica.
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