Desde enero aumentan más de un 60% las tasas en Pinamar

El Concejo Deliberante de Pinamar aprobó este martes por mayoría -en asamblea de concejales y mayores contribuyentes- una suba en las tasas residenciales que superará el 60%, entre el aumento en el módulo y el incremento en otras alícuotas que hacen a las boletas municipales.

La mayoría de los ajustes fueron votados solo por el oficialismo, el bloque de Juntos que responde al intendente Martín Yeza, que tras las elecciones legislativas cuenta con los votos necesarios para avanzar sin consenso con el arco opositor, a diferencia de los años anteriores. 




De esta forma, a partir del 1 de enero, el valor del módulo -parámetro por el que se rigen las tasas municipales- pasará de los $29,50 actuales a $43. Esto implica una suba del 45,7%.

En tanto, la alícuota de la tasa de salud será del 36% de la tasas por servicios urbanos y otros tributos, lo que tendrá un impacto de poco más del 10% en las boletas de los contribuyentes.

A esto sumó una tasa afectada del 5% a aplicarse sobre la tasas de servicios urbanos para afrontar las erogaciones del programa SICU (Guardia Urbana) y una tasa afectada por única vez del 4% a aplicarse sobre la tasa de servicios urbanos para erogaciones de adquisición de vehículos integrados a la seguridad ciudadana, a fin de reforzar la flota municipal.

 

 

Si bien en principio se había estimado que la suba alcanzaría el 77%, finalmente se decidió no fijar un nuevo artículo en el Código Tributario de Pinamar para cobrar una tasa con una alícuota del 15% sobre la tasa de servicios urbanos para financiar el costo de operativo de seguridad en playa. 

Este nuevo tributo, según aseguraron los concejales en la asamblea, fue incorporado por el Gobierno de Yeza a pedido de los concesionarios de playa “anticipándose a una posible municipalización” del servicio de guardavidas. No lo votó ni siquiera el oficialismo en el recinto.

El debate

En el marco del debate, los concejales del Frente de Todos cuestionaron casi todos los aumentos propuestos por la gestión municipal -excepto la tasa afectada del 5% para el SICU y otros conceptos menores- y cuestionaron con dureza la capacidad administrativa del municipio. 

En este sentido, desde la oposición recalcaron que la nueva tasa para la compra de vehículos para el área de seguridad está vinculada con que el municipio no tiene el scoring suficiente para lograr la adquisición por leasing.

 

 

Además, criticaron la suba en el trámite para obtener la libreta sanitaria -un requisito ineludible para los trabajadores de la gastronomía- que entre octubre y febrero tendrá un valor de 100 módulos ($4.300) y de 50 en el resto del año, aunque finalmente el oficialismo modificó el artículo para que solo lo paguen los no residentes.

Ante la fuerte queja de la oposición, incluso el concejal de Juntos Roberto Brandalisio deslizó que los empresarios gastronómicos podían absorber el costo y no trasladárselo a los trabajadores.

“En otros municipios el trámite incluso es gratuito y acá les queremos aplicar un impuesto grandísimo”, retrucó la opositora Tamara Rosso, mientras su compañero de bancada, Gregorio Estanga, lo comparó con la tímida suba del 25% a los cánones de publicidad y propaganda en la vía pública.

Vale señalar que al momento de tratar el artículo de la publicidad, Rosso insistió: “Ésta es la doble vara, siempre ajustan al trabajador, les pedimos que tengan consideración con los ciudadanos de a pie. Donde están los nichos de recaudación, siempre van para abajo”.  

No hubo voluntad para hacer cambios y la mayoría de las modificaciones al Código Tributario de Pinamar fueron aprobadas solo por el oficialismo, que defendió las proyecciones del Gobierno de Yeza.


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