La primera imagen de un agujero negro
La primera imagen de un agujero negro se conoció este miércoles en una publicación avalada por un equipo internacional de más de 200 científicos. Hasta ahora, la existencia de estos objetos extremadamente densos se conocía solo por métodos indirectos, pero nunca se había observado uno.
Según describe el diario El País de España en un artículo al respecto, el cuerpo en cuestión está en el centro de la galaxia Messier 87 (M87), a una distancia de 55 millones de años luz.
La histórica imagen surgió a partir de la unificación de los datos registrados por una red de ocho radiotelescopios repartidos por todo el mundo, denominada Telescopio Horizonte de Sucesos (EHT, por sus siglas en inglés).
El hito aparece en una serie de seis artículos científicos publicados en una edición especial de la revista Astrophysical Journal Letters.
Aunque el agujero negro, por definición, no se puede ver, el gas que cae hacia él se calienta a millones de grados y brilla. Frente a esa iluminación de fondo se observa una silueta oscura que es la sombra del agujero negro. Todo ello aparece bastante borroso porque el tamaño de la imagen supera la resolución máxima del EHT.
El anillo luminoso que rodea al horizonte de sucesos es asimétrico porque el agujero negro está en rotación. En la región inferior, la luz se desplaza hacia el observador y aparece más brillante, mientras que en la parte superior, la luz se aleja y aparece más tenue. Esto ha permitido determinar que el agujero negro gira en sentido horario.
La imagen tardó dos años en ser revelada
Observar el agujero negro desde la Tierra es comparable a divisar desde la Luna una pelota de tenis en la superficie de nuestro planeta, según afirmó ante el citado medio ibérico, Iván Martí-Vidal, investigador del Instituto Geográfico Nacional.
Para observar el agujero negro en esa longitud de onda, sería necesario un radiotelescopio del tamaño de la Tierra. Por eso se creó la red de telescopios del EHT, que unifica los datos provenientes de antenas en EE UU, México, Chile, España y la Antártida, mediante un proceso llamado interferometría. Cuantos más observatorios se añaden, y más distanciados están, mejor resolución del agujero negro se puede obtener al sincronizar sus observaciones.
El EHT recogió en abril de 2017 los datos que han permitido construir la nueva imagen. Durante cinco días completos, los ocho radiotelescopios de la red se sincronizaron con relojes atómicos para observar el centro de la galaxia.
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