Condena de 10 años de cárcel para Sabag Montiel por intentar asesinar a CFK

Los jueces federales Sabrina Namer, Adrián Grünberg e Ignacio Fornari impusieron la condena de 10 años de cárcel a Fernando Sabag Montiel por intentar asesinar a Cristina Fernández de Kirchner (CFK) el 1 de septiembre de 2022, cuando gatilló una pistola a centímetros de la cabeza de la expresidenta argentina. Tres años después de que la bala no saliera por estar en la recámara y CFK resultara ilesa, los magistrados determinaron por unanimidad darle también una pena de ocho años de prisión a Brenda Uliarte, la exnovia del atacante.

El tribunal consideró probada la culpabilidad de ambos y unificó las penas de Sabag Montiel, que deberá cumplir un total de 14 años de prisión por la condena previa que tenía de cuatro años de cárcel por venta de videos de pornografía infantil.

 

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El intento de magnicidio de Sabag Montiel

Aquel episodio grabado en videos que se viralizaron con rapidez, se reprodujo sin cesar en teléfonos y televisores de un país que quedó conmocionado.

El intento de magnicidio de Sabag Montiel se produjo frente a decenas de simpatizantes de CFK que se reunían frente a su vivienda en el barrio porteño de Recoleta para solidarizarse con ella en la recta final de un juicio por corrupción por el que finalmente fue condenada en este 2025.

Sabag Montiel, armado con una pistola ‘Bersa’, se camufló entre quienes le pedían fotos y autógrafos a Fernández por su libro ‘Sinceramente’ hasta tenerla enfrente y gatillar el arma contra ella. Los militantes lo detuvieron y lo entregaron a la policía. Las televisiones que registraron en vivo el ataque fallido mostraron también después cómo Brenda Uliarte se alejaba del lugar con disimulo.

 

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“La banda de los copitos”

El autor material del ataque confesó ante el tribunal que su intención era matar a la expresidenta. “Porque es corrupta, roba y hace daño a la sociedad”, justificó en junio. Su discurso fue el mismo desde el primer momento. “Yo la quería matar”, dijo en la declaración previa.

Entre los motivos que enumeró estaba haberse sentido “humillado por pasar de ser una persona que tenía un buen pasar económico a ser un vendedor de copitos” de azúcar en la calle. Ese empleo de vendedor ambulante, que compartía con Uliarte, hizo que los acusados se conociesen como “la banda de los copitos”.

Además, los chats encontrados en sus teléfonos revelaron que no fue un ataque improvisado, sino planificado con un par de meses de anticipación. “Voy a ir a la casa de Cristina y le voy a pegar un corchazo. Si no soy yo será otro enfermito”, le dijo Montiel a su novia en un mensaje por WhatsApp. Ella no se quedó atrás. “Hoy me convierto en San Martin, voy a mandar a matar a Cristina. Mandé un tipo a matar a Cristina, no le pagué, él también está recaliente con ella”, le escribió a una amiga, en alusión a su novio.

 

 

El desarrollo del juicio

El juicio comenzó en junio de 2024, después de varios reclamos por la falta de avances. Tras la declaración de 157 testigos, también por unanimidad el tribunal decidió absolver a Nicolás Carrizo, jefe de Sabag Montiel y Uliarte en la venta de copitos.

Los abogados de CFK intentaron sin éxito que el juicio prosiga en la identificación de los presuntos autores intelectuales del magnicidio fallido luego de que durante el primer día de investigación se borrara el teléfono del principal imputado en circunstancias que se desconocen. “Hoy tenemos a tres personas que estuvieron visiblemente involucradas, pero no al contexto general”, declaró al inicio del juicio el abogado querellante Marcos Aldazabal.

En agosto del año pasado, cuando Cristina Fernández declaró ante el tribunal como víctima, aseguró que los ahora condenados no actuaron por iniciativa propia, sino que hubo detrás de ellos una “pata política” sobre la que la justicia no encontró por ahora evidencias.

 

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